Illa logra más consenso que Aragonès, pero la mayoría cree que Catalunya no avanza bien
Junqueras tiene una tasa de desaprobación del 65%, mientras que Puigdemont es desaprobado por el 76% de los catalanes
Salvador Illa ocupa la presidencia de la Generalitat de Catalunya desde hace tres meses, tiempo suficiente para que los ciudadanos vayan dando su veredicto sobre si el trabajo hecho hasta el momento es bueno o no. Según el sondeo de Ipsos para La Vanguardia, Más de la mitad de los catalanes aprueban la gestión del president Illa, con un 53% de apoyo, lo que lo convierte en el líder más valorado de la región y uno de los menos rechazados.
Lo más destacado es que el nivel la aceptación es muy superior al del anterior gobierno, ya que el nivel de desaprobación ha caído del 70% al 35%, lo que significa que la sociedad está más unida ante esta nueva ejecutiva catalana.
Sin embargo, más allá de que el Govern de Illa genera más consenso, no parece que su trabajo esté siendo igual de bien visto, ya que según el sondeo de Ipsos, el porcentaje de quienes creen que las cosas en Catalunya no van por buen camino ha aumentado seis puntos, llegando al 60%. Por el contrario, los que consideran que el país avanza positivamente se mantienen estables, por encima del 30%.
Puigdemont y Junqueras, tachados
Lo que está claro, a tenor de estos resultados, es que los líderes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, respectivamente, sufren un rechazo rotundo. Junqueras tiene una tasa de desaprobación del 65%, mientras que Puigdemont es desaprobado por el 76% de los catalanes.
Ante este panorama, se entiende que la sociedad catalana está en en proceso de dejar atrás una década de procès, en la que el enfrentamiento y la tensión entre instituciones y ciudadanos ha sido un constante.
En cuanto a los problemas que más preocupan a los catalanes, la clase política sigue siendo la principal preocupación, pero en menor medida que en el resto de España. En Catalunya, temas como la pérdida de poder adquisitivo y la inmigración preocupan más que la cuestión de la secesión, que solo es mencionada por un 9% de los encuestados. Esta perspectiva sugiere que, a pesar de la tensión política, los ciudadanos están más centrados en cuestiones económicas y sociales.
La independencia deja de preocupar
Por último, los problemas que más preocupan a los catalanes son ligeramente distintas a las del resto de España. A pesar de que la clase política es un ámbito que preocupa en las dos sociedades, la intensidad no es la misma. En España, un 60% considera a los políticos como el principal problema, mientras que en Catalunya solo lo hace un 38%.
Además, en España, el acceso a la vivienda ocupa la segunda posición en la lista de preocupaciones, aunque con una diferencia considerable respecto a la clase política. En Catalunya, sin embargo, las preocupaciones principales son la pérdida de poder adquisitivo y la inmigración, que se sitúan por encima de la vivienda en el ranking de problemas.
La independencia, un tema clave en los últimos años, solo es mencionada por el 9% de los catalanes, empatando con la preocupación por el acceso a la vivienda. Esta divergencia refleja un enfoque más centrado en cuestiones económicas y sociales en Catalunya, frente a un mayor peso de la política en el resto de España.
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