Jordi Turull, la sombra detrás de Puigdemont y su apuesta por la Generalitat
El secretario general de Junts ha sido siempre una figura muy fiel al expresident
En Junts per Catalunya, el debate sobre la sucesión de Carles Puigdemont es un tema tabú. A pesar de que el expresident ha insistido en que no desea continuar como líder del partido, su figura sigue siendo central, y la formación ha evitado incluso designar un líder de la oposición para no abrir interpretaciones sucesorias. En este contexto, según El Confindencial, Jordi Turull, secretario general del partido, trabaja discretamente para consolidar su posición con la mirada puesta en la presidencia de la Generalitat.
La estrategia de Turull se basa en el control total. Desde el último congreso, Junts estableció tres corrientes ideológicas: izquierda, liberal y socialdemócrata, pero esta estructura, diseñada desde la cúpula, ignora facciones reales como los octubristas de Laura Borràs, que Turull ha neutralizado sistemáticamente. El objetivo, pues, es evitar las voces disidentes y operar como un bloque homogéneo.
Cercano a Puigdemont incluso en momentos críticos, como su fuga en agosto pasado, Turull ha demostrado lealtad absoluta. Ha relegado a un segundo plano a figuras destacadas como Josep Rull (ahora, presidente del Parlament) o Albert Batet, mientras ha colocado a personas de confianza (como Anna Erra, David Saldoni, Pilar Calvo y Eduard Pujol) en posiciones clave.
Sin embargo, Turull enfrenta un desafío estratégico: la escasa implantación de Junts en el Área Metropolitana de Barcelona, un territorio esencial para cualquier aspiración de gobierno en Catalunya. La ausencia de regidores en municipios clave como l’Hospitalet de Llobregat, Badalona y Santa Coloma de Gramenet refleja un partido anclado en áreas rurales, insuficiente para liderar la Generalitat.
Turull, quien ya fue candidato en 2018 antes de ser encarcelado en el marco del proceso independentista, busca ahora su revancha. Con Puigdemont cada vez más alejado de la primera línea política y el partido sin liderazgos alternativos, Turull podría emerger como el único candidato viable a la presidencia cuando lleguen las nuevas elecciones al Parlament. Pero su éxito dependerá de superar las limitaciones territoriales y de consolidar su control interno sin perder de vista la necesidad de ampliar la base electoral de Junts.
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