Un 2024 movido para Catalunya: del fin del Procés al espectáculo de magia de Puigdemont

El 2024 será recordado como un año de cambios históricos en Catalunya y de una intensa actividad política en España. La investidura de Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat marcó un hito: fue el primer gobierno no independentista en 14 años, un giro que respaldó la estrategia de diálogo del presidente Pedro Sánchez en la región. Illa logró formar gobierno gracias al apoyo de PSC, En Comú Podem y el PSC-CatComú, lo que consolidó un nuevo rumbo político para Catalunya. 

El giro político vino acompañado de la aprobación de la ley de amnistía, pieza clave en las negociaciones con los partidos independentistas. Sin embargo, este logro no estuvo exento de controversias. Junts per Catalunya, liderado por Carles Puigdemont, condicionó su apoyo al Gobierno a la aprobación de la amnistía, pero tensó la cuerda con demandas como un referéndum pactado que el Ejecutivo central rechazó.

Puigdemont, protagonista inesperado: Regreso fugaz y huida a Bélgica

El regreso de Carles Puigdemont fue otro episodio crucial. El 8 de agosto, aprovechando la expectación de la investidura de Illa, Puigdemont decidió hacer su mejor truco de magia y regresó brevemente a Barcelona, solo para desaparecer poco después de dar un discurso simbólico. Desafiando a los Mossos d’Esquadra, el 'expresident' volvió a huir a Bélgica, aumentando la incertidumbre sobre su futuro político. Este acto reabrió viejas heridas y polarizó aún más el debate entre unionistas e independentistas.

Mientras tanto, el nuevo gobierno de Illa intenta pacificar el ambiente político en Catalunya. A pesar de las críticas de ERC y Junts, Illa aboga por una política más pragmática, centrada en la recuperación económica y el fortalecimiento de las relaciones con el resto de España.

ERC en crisis y el retorno de Junqueras

El año también trajo turbulencias internas para los partidos independentistas. ERC sufrió una dura derrota electoral que obligó a Pere Aragonès a abandonar la política. Oriol Junqueras, uno de los históricos del partido, regresó a la primera línea política para liderar una formación que atraviesa una profunda división interna. Este cambio pone de relieve los desafíos que enfrenta el independentismo catalán para reinventarse tras más de una década de protagonismo político.

España en 2024: La crispación política llega al límite

Mientras Catalunya vivía estos momentos decisivos, el resto de España se sumergía en un clima de alta tensión política. El año comenzó con la celebración de elecciones europeas, donde el PP logró una victoria rotunda. Además, las comunidades autónomas de Galicia, Euskadi y Catalunya también celebraron sus elecciones, con un gran impacto en el panorama político.

Uno de los eventos más relevantes fue la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), un proceso que estuvo bloqueado durante más de cinco años. Finalmente, PSOE y PP llegaron a un acuerdo, un hecho aislado en un entorno político donde las tensiones entre estos dos partidos aumentaban. Sin embargo, la división no solo se dio entre los grandes partidos, sino también en el seno de las coaliciones. Por ejemplo, Vox rompió su coalición con el PP en varias comunidades, dejando al descubierto las profundas diferencias entre ambas formaciones, especialmente en temas como la inmigración.

Sánchez, en el centro de la polémica: Corrupción y dimisiones

En cuanto al Gobierno de Pedro Sánchez, 2024 estuvo marcado por varios escándalos de corrupción que amenazaron con minar su autoridad. El caso de Koldo García, asesor de José Luis Ábalos, llevó a varios miembros del PSOE a ser suspendidos de militancia, mientras que los escándalos familiares del presidente también fueron foco de atención. Su mujer, Begoña Gómez, y su hermano, David Sánchez, se vieron involucrados en investigaciones judiciales relacionadas con tráfico de influencias y corrupción, lo que alimentó las críticas del PP y Vox.

Además, en un momento de alta presión, en abril Sánchez anunció que se tomaría una pausa para reflexionar sobre su futuro político. Sin embargo, tras varios días de incertidumbre, decidió quedarse en el cargo y asumir la lucha contra la "tóxica" política española como una de sus principales banderas para el futuro.

Crisis migratoria y la postura de Vox

La crisis migratoria fue otro de los grandes temas que marcaron el debate político en España durante 2024. Las comunidades autónomas, como las Islas Canarias, se vieron desbordadas por el aumento de llegadas irregulares de migrantes, lo que exacerbó las tensiones entre los partidos políticos. Vox, en particular, utilizó este tema para presionar al Gobierno de Sánchez, lo que contribuyó aún más a la ruptura de la coalición entre PP y Vox en varias regiones.

La DANA y las protestas por la gestión política

La tragedia de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó España a finales de verano también se convirtió en un tema político de alto voltaje. Con más de 230 muertes y una devastación total en pueblos de la Comunidad Valenciana, las críticas a la gestión del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, no se hicieron esperar. Las marchas masivas en Valencia pidiendo su dimisión se combinaron con un ambiente de indignación generalizada, y la gestión de la crisis fue duramente criticada tanto a nivel autonómico como nacional.

Un 2024 de reformas y desafíos pendientes

En términos legislativos, el Gobierno de Sánchez cerró el año con varias reformas clave, entre ellas la reforma fiscal, que salió adelante tras un acuerdo de última hora. Sin embargo, la fragilidad del Ejecutivo en el Congreso, con su mayoría absoluta constantemente amenazada por las negociaciones con partidos como Junts, ERC y Podemos, siguió marcando su mandato. Además, el principal desafío para el 2025 será la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, una batalla política que promete ser aún más complicada dada la debilidad parlamentaria del Ejecutivo.