Catalunya dejará de mirar al cielo en 2030: el plan del Govern para no depender de las lluvias

El Govern dibuja su plan al ser preguntado por CatalunyaPress

|
La consellera Sílvia Paneque y la desalinizadora de la Tordera
La consellera Sílvia Paneque y la desalinizadora de la Tordera - EP - CANVA PRO

 

En un escenario de crisis climática y persistente escasez de precipitaciones, el Govern de Catalunya ha trazado un ambicioso plan para que en 2030 el abastecimiento de agua deje de depender de la lluvia. La consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, ha detallado este lunes, en respuesta a una pregunta de la directora de CatalunyaPress, Carmen P. Flores, las dos líneas de acción con las que el Ejecutivo trabaja para combatir la sequía: medidas inmediatas para aumentar la disponibilidad de agua en 2025 y una estrategia estructural con horizonte 2030 que cambiará por completo el modelo hídrico catalán.

Durante la rueda de prensa, la directora de CatalunyaPress preguntó a la consellera  para cuando  será efectiva la reutilización y desalinización del agua para no depender constantemente de las lluvias. Paneque explicó que el Govern ya trabaja con un doble calendario: "Por un lado, en 2025 podremos disponer de 31 hectómetros cúbicos adicionales de agua gracias a infraestructuras como los pozos de Perelada, el agua regenerada de la depuradora de Figueres y las unidades de desalinización de Roses. Además, las mejoras en la red de distribución permitirán ahorrar otros 25 hectómetros cúbicos."

Sin embargo, la apuesta a largo plazo es aún más ambiciosa. "Estamos realizando reformas estructurales que nos situarán en 2030 en una Catalunya que no tenga que mirar al cielo con preocupación", afirmó Paneque. Entre estas medidas, destacó el papel clave de la ampliación de la desalinizadora de la Tordera, la construcción de la planta del Foix y la nueva desalinizadora en la Costa Brava norte. "Con estas infraestructuras, podremos garantizar una autonomía hídrica real para el territorio", aseguró.

Infraestructuras clave para una Catalunya autosuficiente

El principal objetivo del Govern es lograr que el 70% del agua consumida en Catalunya no provenga de embalses. Para ello, se apuesta por tres desalinizadoras estratégicas: la ampliación de la del Tordera, la construcción de la del Foix y una nueva planta en la Costa Brava norte. Según Paneque, estas infraestructuras permitirán garantizar el suministro sin depender de las lluvias.

La desalinizadora de Tordera II triplicará su capacidad hasta alcanzar los 60 hectómetros cúbicos anuales en 2028, mientras que la planta del Foix aportará 20 hectómetros cúbicos a partir de 2029. Por su parte, la desalinizadora de la Costa Brava producirá 15 hectómetros cúbicos anuales, un refuerzo clave para el suministro en la cuenca de la Muga.

Regeneración del Besòs y un modelo circular

Otra de las piezas clave en esta estrategia es el tratamiento y reutilización del agua. El Govern ha confirmado que en 2027 entrarán en funcionamiento tres nuevas plantas regeneradoras en el río Besòs, que convertirán este cauce en una fuente hídrica para el área metropolitana de Barcelona. Inicialmente, el agua residual tratada se transportará al Llobregat para ser potabilizada en Sant Joan Despí, pero el objetivo final es completar las potabilizadoras del Besòs en Montcada y Bon Pastor en 2030.

“Hemos puesto en marcha un nuevo modelo de gestión hídrica: pasamos de un sistema lineal a uno circular, donde cada gota de agua se aprovecha más”, destacó Paneque. Con esta estrategia, Catalunya busca reducir progresivamente el trasvase del Ter y la extracción de acuíferos, aumentando la autosuficiencia en todo el territorio.

Una inversión de 2.300 millones de euros

El Govern de Salvador Illa ha destinado 2.300 millones de euros a este plan hídrico integral, que también incluye la modernización de potabilizadoras como las del Ter en Cardedeu y Abrera, así como ayudas para que los municipios mejoren sus redes de abastecimiento y reduzcan pérdidas de agua. En paralelo, la Diputación de Barcelona invertirá 100 millones de euros en los próximos dos años para ayudar a 311 ayuntamientos a combatir la sequía.

¿Y la interconexión con el Ebro?

A pesar de la magnitud del proyecto, el Govern no ha descartado activar la interconexión con el Ebro o la desalinizadora flotante en el Puerto de Barcelona en caso de una situación de emergencia. Sin embargo, estas medidas serán evaluadas según la evolución climática y las necesidades hídricas de la población en los próximos años.

Con esta hoja de ruta, el Govern confía en que, para 2030, Catalunya ya no dependa de la lluvia para garantizar el suministro de agua. “No queremos volver a mirar al cielo con preocupación”, concluyó Paneque.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA