El nuevo chaquetero de la política catalana hace el saludo nazi: militó en CiU, Cs, y ahora está en AC
Kiko Ferrer, exregidor de Ciutadans y ahora miembro de Aliança Catalana, protagoniza un escándalo al colgar un vídeo haciendo una controversial imitación del saludo nazi
Kiko Ferrer, exregidor de Ciutadans en Sant Just Desvern y actualmente miembro de Aliança Catalana, ha generado una gran polémica tras publicar un vídeo en sus redes sociales en el que, al final del clip, realiza lo que muchos interpretan como un saludo nazi. En el vídeo, Ferrer se muestra visiblemente enfadado por los adhesivos de la organización juvenil Arran pegados en su bar, un lugar que previamente había sido decorado con estos símbolos por miembros de la agrupación.
Ferrer, conocido en su municipio por su paso por varios partidos, entre ellos Convergència i Unió (CiU) y Ciudadanos (Cs), ya no es ajeno a las controversias. Su trayectoria política ha sido criticada por muchos, comparándolo con otros conocidos "chaqueteros" de la política española y catalana, como Toni Comín y Toni Cantó, quienes también han transitado de un partido a otro en busca de nuevas oportunidades.
En su vídeo, el político no solo denuncia los actos vandálicos perpetrados por jóvenes de la CUP en su establecimiento, sino que también se enfurece y, tras arrancar uno de los adhesivos, se baja los pantalones y los calzoncillos para pegarlo en su trasero. Un gesto que, aunque Ferrer ha defendido como una expresión espontánea de frustración, ha sido ampliamente interpretado como una provocación de carácter ideológico.
Justificación y reacciones
El exregidor ha respondido a las críticas a través de un comunicado en su perfil de X (anteriormente Twitter), donde asegura que su reacción se debe a los constantes "actos vandálicos" que han afectado su negocio. En su defensa, Ferrer argumenta que estos ataques no solo son un perjuicio material, sino que también representan una "intolerancia" hacia sus ideas políticas - sean cuales sean después de pasar por tres partidos antagónicos-. Sin embargo, admite que el gesto final del vídeo pudo no haber sido el más apropiado y niega que este sea un saludo nazi.
El escándalo ha generado una oleada de reacciones en redes sociales, donde muchos cuestionan el comportamiento de Ferrer, mientras otros lo defienden como una respuesta a las agresiones de la CUP. La controversia pone en evidencia, una vez más, la polarización en la política catalana y los límites del activismo político en la era digital.
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