El PP de Feijóo viaja al pasado y se acoge a las medidas de Rajoy para solucionar la crisis de vivienda
Las similitudes con el enfoque de Rajoy son evidentes: apostar por el mercado libre y dejar de lado el papel de la vivienda pública como alternativa para los sectores más vulnerables
El Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto a apostar por una estrategia conocida para enfrentar la crisis de vivienda: más suelo disponible y más construcción. En una rueda de prensa el pasado lunes, Borja Sémper, portavoz del PP, anunció las líneas principales de una nueva Ley de Vivienda que pretende revertir, según sus palabras, "seis años de gestión sanchista" que han sido "un desastre". Sin embargo, las medidas que el partido propone recuerdan a las que Mariano Rajoy ofreció en 2007, cuando se encontraba en la oposición frente a José Luis Rodríguez Zapatero.
La "nueva" propuesta: construir más y liberar suelo
La iniciativa presentada por Sémper gira en torno a incrementar el suelo disponible y fomentar la construcción de viviendas, con especial atención a los jóvenes. El portavoz del PP criticó que durante el gobierno de Pedro Sánchez, el precio de la vivienda ha aumentado un 13%, mientras que la oferta ha caído en un 36%. Su solución pasa por promover la construcción de alrededor de 200.000 viviendas anuales, tal como proponía Rajoy en 2007, prometiendo construir dos millones de viviendas en cuatro años. En ningún caso se referían a la vivienda pública.
Además de la expansión del suelo urbanizable, el plan del PP se centrará en medidas para luchar contra la ocupación y en aumentar la seguridad jurídica en el sector inmobiliario. Sin embargo, las similitudes con el enfoque de Rajoy son evidentes: apostar por el mercado libre y dejar de lado el papel de la vivienda pública como alternativa para los sectores más vulnerables.
Un enfoque que ya fracasó: el legado de Rajoy
El plan de Feijóo recuerda inevitablemente al programa que Rajoy ofreció hace más de una década. En 2007, el entonces líder del PP prometió fomentar la construcción de dos millones de viviendas y que la mitad de ellas costaran menos de 160.000 euros, con la esperanza de que esto impulsara el sector inmobiliario y facilitara el acceso a la vivienda. Sin embargo, la receta falló.
Durante los años del gobierno de Rajoy, el precio de la vivienda continuó subiendo de manera descontrolada, y la burbuja inmobiliaria que ya se había gestado antes de la crisis de 2008 empeoró la situación para miles de ciudadanos. El sector no solo no se recuperó, sino que contribuyó a una crisis económica más profunda, marcada por desahucios masivos y un aumento de la desigualdad en el acceso a la vivienda.
El enfoque de Rajoy, basado en liberalizar el suelo y reducir trabas burocráticas para fomentar la construcción, no solo no consiguió frenar la escalada de precios, sino que fue acusado de alimentar la especulación inmobiliaria, lo que encareció aún más el acceso a la vivienda.
Críticas desde la oposición
El paralelismo entre las medidas de Feijóo y las propuestas de Rajoy no ha pasado desapercibido. Desde el PSOE, ya en 2007, se criticó duramente el enfoque del PP, acusando al partido de fomentar la especulación al liberalizar el suelo. Hoy, estas críticas resuenan nuevamente, ya que las soluciones del PP parecen centrarse en el crecimiento del sector inmobiliario, sin contemplar alternativas que prioricen la vivienda pública o soluciones estructurales que frenen el aumento de precios.
La falta de nuevas ideas y la repetición de políticas fallidas han sido los principales argumentos de los críticos, quienes subrayan que la construcción masiva de viviendas y la liberalización del suelo no solucionaron los problemas del mercado inmobiliario en el pasado, y difícilmente lo harán en el contexto actual.
Un retroceso en lugar de una solución
Las políticas de Feijóo en materia de vivienda parecen un eco de las estrategias del pasado, cuando el PP intentó frenar la crisis inmobiliaria con medidas que terminaron beneficiando a los especuladores más que a los ciudadanos. En un mercado tan volátil y tensionado como el de la vivienda en España, apostar nuevamente por la expansión de suelo y la construcción masiva de viviendas puede parecer más un viaje al pasado que una solución efectiva para el presente.
La experiencia de la crisis inmobiliaria de 2008 y sus secuelas debería ser una advertencia para el PP. Las medidas que fallaron entonces podrían repetir el mismo patrón, dejando a muchos, especialmente a los jóvenes, fuera del acceso a una vivienda digna y asequible.
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