Las reformas fiscales del Gobierno que vienen

El Ejecutivo plantea la armonización del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, la imposición de IVA a la sanidad y educación privadas, un nuevo impuesto sobre grandes herencias, y la permanencia de los impuestos extraordinarios a banca y energéticas, entre otros

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Archivo - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, en archivo | Europa Press

 

El Gobierno de España está planificando una serie de reformas fiscales significativas, con el objetivo de aumentar la recaudación y cumplir con los requisitos del Plan de Recuperación de la Unión Europea. Estas medidas incluyen la armonización del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, la imposición de IVA a la sanidad y educación privadas, un nuevo impuesto sobre grandes herencias, y la permanencia de los impuestos extraordinarios a banca y energéticas, entre otros.

Una de las iniciativas más destacadas es la armonización del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que actualmente genera aproximadamente 3.200 millones de euros. Sin embargo, algunas Comunidades Autónomas (CCAA) han aplicado bonificaciones del 100%, lo que ha creado desigualdades fiscales en el país. El Gobierno pretende corregir esta situación y aumentar la recaudación de este impuesto.

Otra medida controvertida es la imposición del IVA a la sanidad y la educación privadas. Esta propuesta, aunque aún en evaluación, ha generado una amplia discusión. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha señalado que, aunque el ahorro fiscal que esto supondría podría ser significativo, también conllevaría un mayor coste para el sector público, ya que más personas podrían optar por la sanidad y educación públicas.

Sumar, por su parte, ha propuesto un impuesto sobre grandes herencias para aquellas que superen el millón de euros, excluyendo la vivienda habitual. Esta medida está destinada a aumentar la progresividad del sistema fiscal y aumentar los ingresos públicos.

Otra reforma clave es la transposición de la directiva europea que establece un tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades. Esta normativa afectará principalmente a las multinacionales, con un impacto positivo en la recaudación fiscal.

El Gobierno también ha manifestado su intención de hacer permanentes los impuestos a la banca y a las energéticas, que originalmente estaban previstos para finalizar el 31 de diciembre de 2024. Estos impuestos extraordinarios se introdujeron en el contexto de la crisis energética y financiera, y su extensión busca mantener un flujo constante de ingresos.

Además, se plantea la retirada de las rebajas temporales del IVA y otras ayudas implementadas durante la crisis inflacionista, lo que también contribuirá a aumentar la recaudación. En cuanto al IRPF, el hecho de no haber ajustado la tarifa a la inflación ha generado ingresos extraordinarios, una situación que el Gobierno aprovechará para incrementar su recaudación.

La reforma fiscal es clave para desbloquear fondos europeos adicionales, que ascenderían a 7.000 millones de euros. El cumplimiento de los requisitos del Plan de Recuperación de la UE es fundamental para acceder a estos fondos, por lo que el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo estos cambios.

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