El día que Miguel Ángel Rodríguez pidió "fusilar" a Artur Mas y una "bomba atómica" para los independentistas

Miguel Ángel Rodríguez, actual jefe de Gabinete de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, es conocido por sus declaraciones provocadoras, pero pocas han generado tanta polémica como las que realizó en octubre de 2014 contra el movimiento independentista catalán y el expresident de la Generalitat, Artur Mas.

En aquel entonces, Rodríguez afirmó en el programa Espejo Público de Antena 3 que a Artur Mas “lo que le falta es un fusilamiento”. Este comentario, que pretendía deslegitimar el liderazgo de Mas en el proceso soberanista, generó una denuncia por parte del Govern de Catalunya y críticas generalizadas de políticos, periodistas y organizaciones civiles.

Lejos de retractarse, Rodríguez redobló sus ataques a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), donde publicó mensajes que agravaron aún más la situación.

Tuits incendiarios que marcaron un precedente

El 16 de octubre de 2014, el exportavoz del Gobierno de José María Aznar escribió:

• “Qué felices serían los independentistas con un buen fusilamiento. Pero se van a fastidiar: ni siquiera les hacen caso.”
• “Al igual que Companys, Mas querría un fusilamiento como único modo de morir con honor y no en este espantoso ridículo…”
• “Viernes 8:10, en Catalunya Radio explicaré por qué los independentistas necesitan fusilamientos y bomba atómica para superar el ridículo.”

Estas publicaciones, plagadas de alusiones violentas y despectivas, desataron una ola de indignación. El Govern, representado por el conseller Francesc Homs, calificó a Rodríguez de “un auténtico tonto” y anunció acciones legales contra él. Además, decenas de entidades civiles recopilaron estos y otros comentarios ofensivos para presentarlos ante la Fiscalía como posibles delitos de incitación al odio. Al parecer, la justicia no tomó ninguna medida contra Rodríguez. 

El contexto de las declaraciones: paralelismos y agravios

Los comentarios de Rodríguez incluyeron una comparación de Artur Mas con Lluís Companys, el expresident de la Generalitat que fue fusilado por el régimen franquista en 1940. Este paralelismo fue considerado por muchos como una banalización de los crímenes de la dictadura y una burla al sufrimiento histórico de Catalunya.

Por otro lado, su referencia a una "bomba atómica política" como solución al independentismo catalán añadió un tono apocalíptico a su discurso, reflejando la polarización extrema del debate político en aquel momento.

A pesar de que estas declaraciones ocurrieron hace más de una década, el historial de Miguel Ángel Rodríguez sigue siendo objeto de controversia. Su actual papel como jefe de Gabinete de Ayuso y su implicación como testigo en un caso de revelación de secretos lo han devuelto al foco mediático, reavivando el recuerdo de su retórica incendiaria.