El PP ya presume de que tumbará a Sánchez en los tribunales: la ofensiva judicial contra el Gobierno

La confianza en el poder judicial, en juego: las consecuencias de politizar los tribunales

 

 

 

|
Pedro Sánchez
Sectores jurídicos y analistas políticos han advertido que una posible percepción de instrumentalización de los tribunales podría comprometer la confianza ciudadana en el poder judicial- Pedro Sánchez - @zimmytwss-images- Canva Pro

 

En el actual clima de polarización política en España, el Partido Popular (PP) ha intensificado su presión sobre el Gobierno de Pedro Sánchez mediante diversas acciones judiciales. Desde investigaciones que afectan a familiares del presidente hasta el seguimiento de causas vinculadas a miembros del Ejecutivo, esta estrategia ha generado un debate sobre su impacto en la estabilidad democrática y, en particular, en la confianza en el poder judicial.

Un 2024 marcado por la confrontación judicial

El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, cerró el año 2024 con declaraciones que apuntan a un 2025 lleno de retos judiciales para el Gobierno. En una rueda de prensa este lunes, Tellado, como si gozara de información privilegiada, anticipó "más causas judiciales" que podrían implicar al entorno de Sánchez, señalando que estas acciones buscan esclarecer posibles irregularidades. Actualmente, hay al menos cuatro casos judiciales abiertos que afectan a personas vinculadas al Ejecutivo y al entorno familiar del presidente.

Uno de los casos más mediáticos es el que involucra a Begoña Gómez, esposa de Sánchez, quien está siendo investigada por presunto tráfico de influencias y otras irregularidades relacionadas con negocios. Sectores del PSOE han manifestado preocupación por lo que consideran un exceso en la instrucción judicial, mientras que el PP defiende la importancia de que se investiguen todas las denuncias, en aras de la transparencia.

Recientemente, este caso ha tomado un giro inesperado con la polémica actuación del juez encargado de la instrucción, Juan Carlos Peinado. Según fuentes judiciales, el juez habría cambiado partes clave de la declaración de un testigo, alterando el sentido de sus palabras. Este hecho, denunciado públicamente por el equipo legal de Gómez, ha desatado una tormenta mediática y política, poniendo en duda la imparcialidad del proceso. Desde el PSOE, algunos han señalado esta actuación como un ejemplo de lo que consideran una "caza de brujas" judicial, mientras que el PP ha evitado pronunciarse sobre la controversia, insistiendo en la necesidad de esclarecer los hechos.

El caso Koldo y su impacto político

Otro asunto controvertido es el conocido "caso Koldo", en el que el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha sido acusado de presuntas comisiones ilegales durante la pandemia. Aunque el PSOE decidió desvincularse de Ábalos para evitar un mayor desgaste político, el PP ha subrayado la necesidad de esclarecer los hechos y ha usado este caso como ejemplo de lo que describen como "una gestión cuestionable" en el Ejecutivo.

No obstante, estas acciones no están exentas de crítica. Sectores jurídicos y analistas políticos han advertido que una posible percepción de instrumentalización de los tribunales podría comprometer la confianza ciudadana en el poder judicial. Las instituciones judiciales, que deben ser vistas como árbitros imparciales, corren el riesgo de ser asociadas con disputas partidistas, lo que podría erosionar su legitimidad a largo plazo.

Judicialización de la política: entre la crítica y el debate

La estrategia del PP de recurrir frecuentemente a los tribunales ha generado opiniones divididas. Mientras algunos defienden que estas acciones son un ejercicio legítimo de oposición para fiscalizar al Gobierno, otros alertan de los peligros de abusar de este mecanismo. Un exceso de judicialización en la política no solo podría desviar la atención de los problemas legislativos en el Congreso, sino que también podría alimentar la percepción de que los tribunales están siendo utilizados como una extensión de las estrategias políticas.

Este fenómeno plantea preguntas más amplias sobre los límites éticos de la oposición política. Si bien la fiscalización del Gobierno es esencial en una democracia, el uso intensivo de herramientas judiciales puede percibirse como una forma de obstruccionismo que debilita el sistema democrático en lugar de fortalecerlo.

La desinformación como factor añadido

Otro punto que ha alimentado la polémica es el uso de informaciones no verificadas o erróneas en el contexto de estas acusaciones. Por ejemplo, la denuncia contra David Sánchez, hermano del presidente, resultó basarse en datos financieros que posteriormente fueron desmentidos por el BBVA. Aunque el PP no lideró directamente esta acusación, el episodio refleja la complejidad de separar las estrategias políticas de las dinámicas mediáticas en estos casos.

La difusión de información errónea o tergiversada en procesos judiciales no solo afecta al acusado, sino que también puede minar la confianza en las instituciones implicadas, incluyendo a los jueces y fiscales responsables de los casos.

¿Hacia dónde se dirige esta estrategia?

De cara a 2025, la ofensiva judicial del PP plantea interrogantes sobre su eficacia a largo plazo. Por un lado, el partido refuerza su narrativa de oposición firme y transparente; por otro, enfrenta el riesgo de alienar a sectores moderados del electorado que podrían percibir estas tácticas como excesivamente confrontativas. Además, una pérdida de confianza en el poder judicial, percibido como neutral y separado de los conflictos partidistas, podría tener consecuencias profundas para el sistema democrático.

 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA