El Gobierno declara la guerra a las redes sociales: el plan de Sánchez contra la "tecnocasta"
Pedro Sánchez anuncia medidas para acabar con el anonimato en las plataformas digitales y regular los algoritmos en su "batalla por la democracia"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado una dura advertencia a los gigantes tecnológicos y sus propietarios, a quienes ha denominado "tecnomultimillonarios", por el impacto negativo que las redes sociales están teniendo sobre la democracia. Durante su intervención en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), Sánchez propuso una serie de medidas que buscan regular estas plataformas y garantizar su transparencia.
El jefe del Ejecutivo mostró su preocupación por el creciente poder de los dueños de las grandes empresas tecnológicas, a quienes acusó de "socavar las instituciones democráticas". "Estamos ante personas muy poderosas, con recursos financieros y tecnológicos casi ilimitados. Pero sé que podemos ganar esta batalla porque tenemos razón, somos más y ya lo hemos hecho en el pasado", afirmó Sánchez en su discurso.
Las claves del plan de Sánchez
Entre las medidas más destacadas anunciadas por el presidente, se encuentran:
Fin del anonimato en redes sociales: Sánchez propone que las plataformas estén obligadas a vincular las cuentas de usuario con identidades reales mediante una identidad digital europea. "Los ciudadanos tienen derecho a la privacidad, pero no al anonimato o a la impunidad", subrayó. Aunque los usuarios podrán utilizar pseudónimos, si cometen un delito, las autoridades podrán identificarles.
Transparencia en los algoritmos: Sánchez insistió en la necesidad de "abrir la caja negra de los algoritmos" y fortalecer la competencia del Centro Europeo para la Transparencia Algorítmica, con el fin de garantizar un control más exhaustivo sobre el funcionamiento interno de las plataformas. Según el mandatario, esta falta de transparencia permite que los algoritmos promuevan ciertos discursos y oculten otros, polarizando así el debate público.
Responsabilidad de los propietarios: El presidente comparó la responsabilidad de los dueños de redes sociales con la de cualquier empresario. "Si el dueño de un restaurante es responsable si su comida intoxica a los clientes, los tecnomultimillonarios deben responder si sus algoritmos envenenan a la población", explicó.
Un ataque a la "tecnocasta"
Estas declaraciones de Sánchez forman parte de su reciente ofensiva contra lo que denominó "tecnocasta", en referencia a los propietarios de las grandes plataformas digitales, que según él, buscan concentrar aún más poder económico y político. El presidente señaló directamente a Elon Musk, propietario de X (antes conocida como Twitter), y ahora jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la Casa Blanca bajo la presidencia de Donald Trump.
Sánchez denunció que las redes sociales, lejos de empoderar a los ciudadanos, han provocado una acumulación de poder y riqueza "en manos de unos pocos", polarizando la opinión pública y promoviendo agendas políticas alineadas con las élites.
Una lucha global por la democracia
El presidente español también alertó sobre la influencia de potencias extranjeras y grupos antisistema que utilizan las redes sociales para desestabilizar las democracias occidentales. "No podemos permitir que estas plataformas se conviertan en herramientas para destruir nuestras instituciones", afirmó, y pidió una acción coordinada entre los países de la Unión Europea para abordar este problema.
Sánchez confía en que este plan consiga frenar la deriva de las redes sociales y proteger los valores democráticos frente a las "elites tecnológicas" que, según él, buscan acabar con la democracia. "La democracia es la condición imprescindible para alcanzar la libertad, y lo que la pone en peligro es el poder desmedido de las élites", concluyó.
Reacciones internacionales
Las propuestas de Sánchez han generado debate en Davos, donde líderes internacionales y empresarios han mostrado interés por la regulación de las redes sociales. Sin embargo, algunos expertos han advertido que acabar con el anonimato podría suponer un riesgo para la libertad de expresión, mientras que las grandes plataformas digitales aún no han respondido públicamente a las declaraciones del presidente español.
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