La fractura en Vox se agranda: Ortega Smith respalda parte del discurso de García-Gallardo
El partido tiene una patata caliente en Castilla y León
La renuncia de Juan García-Gallardo a sus cargos regionales en Castilla y León, así como a sus responsabilidades dentro de Vox, ha abierto una brecha interna que el partido no ha logrado cerrar por completo.
A pesar de los intentos por minimizar el impacto y desviar la atención hacia una oposición más agresiva contra el PP, las tensiones persisten. El paasado martes 4, Javier Ortega Smith, concejal de Madrid y diputado nacional, sorprendió al avalar algunas de las críticas de García-Gallardo, quien había expresado su malestar en una carta publicada en redes sociales. Aunque el tono de la misiva fue calificado de "correcto" dentro del partido, su contenido fue contundente.
En la carta, García-Gallardo apuntó a la falta de "reciprocidad" en la "lealtad" que había mantenido con la dirección nacional, así como a la restricción de sus espacios de participación dentro del partido. Sus palabras contrastaban con la estrategia de Vox de restar importancia a la crisis, estrategia que quedó en entredicho con las declaraciones de Ortega Smith. Durante un acto en Madrid, este afirmó que parte de lo dicho por García-Gallardo era "verdad", mientras que otras cuestiones no se ajustaban tanto a la realidad. Sus comentarios, lejos de apaciguar el debate, avivaron las especulaciones sobre el descontento interno con la cúpula del partido y la falta de cohesión en la organización.
La postura de Ortega Smith resulta llamativa, dado su perfil crítico dentro de Vox en el último año. Ha expresado abiertamente su desacuerdo con varias decisiones orgánicas y, aunque su peso ha disminuido en la estructura interna, sigue siendo una figura clave: fue secretario general entre 2016 y 2022 y uno de los fundadores del partido. De hecho, en 2023 llegó a considerar competir en primarias contra Santiago Abascal, aunque finalmente desistó al evaluar sus pocas posibilidades frente al liderazgo consolidado del presidente del partido. A pesar de la tensión, Abascal optó por integrarlo simbólicamente en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) para evitar una ruptura mayor.
Esta crisis es solo una de las muchas que han sacudido a Vox recientemente. En septiembre, la destitución de Rocío Monasterio como presidenta de la organización en Madrid generó un sismo interno, alertando a Ortega Smith y su entorno en el Ayuntamiento de la capital sobre la posibilidad de ser los próximos en ser apartados. Según fuentes internas, su continuidad dentro del partido se debe en gran parte a su relación personal con Abascal, con quien mantiene una amistad de larga data.
No obstante, dentro del partido hay quienes justifican su marginación progresiva debido a su estilo agresivo y, en ocasiones, su tendencia a generar polémicas innecesarias. Su enfrentamiento con la Policía durante las protestas de Ferraz en 2023 y sus críticas tras las elecciones generales, en las que Vox perdió 19 escaños, lo han situado en una posición delicada. En octubre de ese año, denunció que el partido no debía "convertirse en una agencia de colocación de amigos" ni "dormirse en los laureles" tras la pérdida de apoyos.
Por el momento, a diferencia de García-Gallardo, Ortega Smith no tiene intención de abandonar la política. Su futuro dentro de Vox sigue siendo incierto, pero sus declaraciones han vuelto a poner sobre la mesa las fracturas internas del partido, evidenciando que la crisis está lejos de resolverse.
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