¿Debe dimitir Marlaska? Los 46 contratos que demuestran que ha mentido

El Ministerio del Interior adjudicó más de 1.000 millones en contratos a empresas militares israelíes tras el 7 de octubre, contradiciendo sus propias declaraciones públicas

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Fernando Grande Marlaska
Fernando Grande-Marlaska - EP

 

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se encuentra en el centro de una tormenta política tras revelarse que el Gobierno ha adjudicado 46 contratos a empresas militares israelíes por un valor total de 1.044 millones de euros desde el ataque de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre de 2023. La información, publicada por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, contradice frontalmente las reiteradas afirmaciones del Ministerio en medios y en sede parlamentaria, donde aseguraban que no se mantenían relaciones militares con Israel desde el estallido del conflicto en Gaza.

De los contratos adjudicados, diez aún no han sido formalizados, incluyendo adquisiciones tan sensibles como los lanzacohetes SILAM (576,4 millones) y los misiles Spike (237,5 millones). Otras empresas implicadas son IMI Systems LTD, Netline Communications Technologies Ltd y Guardian Homeland Security S.A.

El Centre Delàs denuncia que “el Gobierno ha mantenido la contratación con empresas israelíes a pesar de haber asegurado públicamente que no lo hacía” y subraya que estos acuerdos suponen una grave incoherencia política y moral, en un contexto internacional marcado por denuncias de crímenes de guerra y genocidio en Gaza. Además, alerta sobre el riesgo de dependencia tecnológica de empresas israelíes para el mantenimiento y modernización de sistemas armamentísticos.

El escándalo ha sacudido los cimientos del Gobierno de coalición. La presión de Izquierda Unida y Sumar obligó a Pedro Sánchez a intervenir directamente para ordenar la rescisión de un contrato de compra de munición a IMI Systems, aprobado en plena Semana Santa. “Celebramos la rectificación y seguiremos vigilantes”, declaró Antonio Maíllo, líder de IU.

El Partido Popular, por su parte, ha criticado el giro del Ejecutivo y acusa a Sánchez de actuar por motivos políticos y dañar las relaciones con un “país democrático” como Israel. Mientras tanto, el Gobierno israelí ha condenado la decisión, acusando a España de ponerse “del lado equivocado de la historia”.

En medio de este fuego cruzado, la credibilidad de Marlaska queda en entredicho. Desde sectores del Gobierno y de la oposición se plantea abiertamente si el ministro debería asumir responsabilidades y presentar su dimisión por haber mentido públicamente sobre la relación con la industria armamentística israelí.

La crisis interna ha sido contenida por ahora, pero el impacto político podría tener consecuencias duraderas. Con 46 contratos adjudicados y nuevas revelaciones aún por llegar, la pregunta que resuena en el Congreso y entre la ciudadanía es clara: ¿Debe dimitir Marlaska?

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