Jaime Miquel, un valenciano nacido en Madrid en 1959, es un gurú demoscópico que desembarcó en el núcleo duro del presidente, Pedro Sánchez, de la mano de Iván Redondo  y es una pieza clave en el gabinete del presidente dirigido por  Óscar López.

Miquel se  autodefine  así mismo como "un obrero del dato" que con mirada microscópica sobre la opinión pública se dedica a proyectar "con los datos que tiene qué es lo que tiene que pasar".  Y desde ese oficio de analista electoral formado en la prestigiosa empresa encuestadora de los EE.UU. Gallup con formación en Geografía e Historia, atribuyó en su momentos la brecha generacional  a la irrupción de Podemos y Ciudadanos porque según él "los ciudadanos socializados tras la Transición tienen preferencia por fuerzas emergentes". 

El papel de Miquel, que tiene un método de estimación del comportamiento electoral "único", es básico dentro del departamento de Análisis y Estudios que dirige, María Ramos. Para él "todo aquel que no te dice qué es lo que hizo [en las urnas] y qué es lo que va a hacer es un no informante, no un indeciso".

Su fama de buen profesional le ha llevado a colaborar en labores de asesoramiento con varios partidos políticos: Compromís, Convergència y hasta la UPyD de Rosa Díez. Pero fue en Podemos donde mejores consejos dio. Y es que Miquel fue el primer analista electoral que predijo el hundimiento del bipartidismo, antes de las elecciones europeas del 2014 y de la meteórica irrupción de los morados. 

Ahora bien lo que no es muy conocido entre la gente corrientes es que Miquel es partidario de una consulta legal de autodeterminación en Catalunya. De hecho en 2017 llegó afirmar  públicamente que "el proceso soberanista será uno de los factores principales de caída y destrucción de la España de los castillos y el inicio de un proceso constituyente"

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