Miembros del Consell por la República denuncian la deriva autoritaria de Puigdemont
Un grupo ponen en cuestión la labor del ex presidente y su vicepresidente, Toni Comín.
Mediante una carta miembros de la Asamblea de Representantes del Consejo por la República han criticado las "medidas unilaterales" de Carles Puigdemont y Toni Comín .
Entre otros se preguntan “¿Por qué parece que la Asamblea de Representantes se convierte en una molestia para el gobierno?”. Cuestión que viene a cuento por la propuesta de que Puigdemont de sustituir a la Asamblea por dos órganos nuevos, uno de representación de los consejos locales y otro que trabaje en “la elaboración de la legislación republicana”. Una decisión que se aclarará a finales de octubre porque ahora mismo los distintos organismos del Consejo por la República están disueltos a la espera de la configuración de la nueva legislatura.
La propuesta de Puigdemont sobre el nuevo formato del Consejo por la República está sometido a debate de los miembros del organismo. El censo de las personas que la podrán votar se cerró el 14 de septiembre, y después de los períodos de alegaciones pertinentes se aprobará definitivamente el 10 de octubre. La votación de la propuesta tendrá lugar del 11 al 16 de octubre, y al día siguiente se publicarán los resultados provisionales. El 25 de octubre, resueltas las alegaciones que puedan surgir, se publicarán los resultados definitivos.
ALTOS GASTOS Y POSICIONES AUTORITARIAS
Los firmantes de la carta crítica, un 25% de los 121 miembros de la Asamblea, alertan de que en esta propuesta “la responsabilidad sobre la confección y determinación de las normas internas de funcionamiento del Consejo recaería única y exclusiva en el gobierno, que sería autónomo e independiente al hacer y rehacer las normas al gusto de sus componentes” .
El texto es especialmente crítico con el vicepresidente del Consell, Toni Comín, del que recuerdan que ha tenido una “trayectoria política muy fluctuante y al que acusan de estar “movido por la promoción de intereses personales”. Más aún: "Cada día que pasa con él en una posición clave, tememos que el proyecto del Consell pueda estar marcado por la desconfianza, el despotismo e, incluso, por la obsolescencia".
También lamentan el llamamiento de Comín a la Asamblea a “acatar” las directrices del gobierno, postura “aberrante en cualquier sistema parlamentarista serio”, más aún cuando en casi dos años de legislatura, “ninguna de las decisiones tomadas por el gobierno ha sido obstruida , refutada o limitada” por la Asamblea.
Indican que durante la legislatura han asistido a “una larga serie de obstáculos, intromisiones y desprecios al trabajo realizado por los representantes que siempre provenían de la dirección ejecutiva del gobierno”. Ponen como ejemplo la aprobación del Código de Consejos Locales, "que gozó de un amplio apoyo entre los representantes" pero que tuvo una "única voz discordante", la de Comín, que "al ver sus enmiendas desestimadas, emprendió una campaña de desprestigio” contra la Comisión Legislativa Orgánica y “arrancó una cruzada en defensa de una propuesta de concentración del poder legislativo en el gobierno, levantándolo a la Asamblea”.
Todo ello hace que los firmantes de la carta critiquen la "deriva autoritaria" del gobierno interno de la entidad, por extensión, las "actuaciones unilaterales" que, en su opinión, se intentan llevar a cabo.
Del mismo modo, también acusan al gobierno del Consejo de "desviar una cantidad significativa de recursos " hacia "gastos de representación", y se preguntan si "no han sido una vía de negocio de un círculo reducido de personas".
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