Catalunya, pendiente de su "gran partida" de ajedrez política
Las filtraciones sobre las reuniones "no secretas" del independentismo catalán están haciendo correr ríos de tinta. Mientras menos se sabe de las discretas negociaciones entre aquellos que quieren conformar un gobierno que han bautizado como "progresista" y que se sienten aliviados tras la victoria del Frente Popular sobre la extrema derecha en Francia este domingo.
Los resultados de las pasadas elecciones catalanas se siguen negociando en reuniones bilaterales donde son muchos los que intentan la "cuadratura del círculo" que haga que Catalunya tenga un nuevo Govern de la Generalitat.
En la contienda el PSC aumentó el apoyo de los catalanes en votos ( 872.959) y escaños (42) siendo la fuerza política con más resplado electoral. La mayoría posible para investir a cualquier "President" se encuentra en el voto de 68 diputados, por lo que todas las fuerzas políticas, desde la misma noche electoral empezaron a negociar sus apoyos y líneas rojas.
Ha habido muchas reuniones y algunos vetos. Todos los partidos han dejado a Vox y Aliança per Catalunya en el tintero del hemiciclo, cobrando un estelar protagonismo ERC. Los repúblicanos ahora mismo se dejan cortejar por la derecha y la izquierda catalanas, sin decir en voz alta todavía, que quieren ser de mayores tras unos resultados, los de los republicanos en el que se dejaron por el camino 12 escaños y cerca de 178.000 votantes.
La última reunión que se ha producido en Waterloo y tenía que ser secreta fue filtrada con todo lujo de detalles dejando en una incómoda posición a los republicanos frente a un Junts, ANC, Omnium, CUP y AMI contentos del reencuentro e ilusionados con una nueva oportunidad de ir juntos a unas elecciones en otoño.
Hay una parte de la clase política catalana que busca un acuerdo sólido para conformar "cuanto antes" un nuevo Govern y evitar la disolución del Parlament el próximo 26 de agosto mediante la fórmula de un "gobierno de progreso" conformado mediante los acuerdos que sean aceptados por sus tres protagonistas, PSC, ERC y los Comunes. Unos comunes arrepentidos internamente, según cuentan a Catalunyapress de haber sido también causantes de las elecciones en Catalunya por un error de cálculo electoralista y en donde han dejado a la luz pública lo mucho que necesitan a la gente de Podemos en su mismo espacio político porque arrastran a votantes catalanes diferentes.
Sobre la mesa pesa en la negociación la aplicación de la Amnístia, la no detención del ex President Carles Puigdemont, la financiación singular y la recaudación íntegra de los impuestos prevista con un total desarrollo del texto del Estatut que pasó la prueba de fuego del Tribunal Constitucional.
El PP con sus 15 diputados, además de haber sido excluido de la Mesa del Parlament, tampoco está en las quinielas de votos a investir ningún President ni Govern de los dos que se han puesto encima de la mesa. Como anunció en campaña no votará un gobierno independentista y tampoco a otro del que forme parte ERC.
Junts ganadora de la Presidencia del Parlament, quiere que su candidato Carles Puigdemont pueda regresar a Catalunya sin ser detenido y además que presente su candidatura a la Presidencia de la Generalitat con opciones claras de conseguirla, gracias a una abstención pactada con el PSC. Cosa que ya en campaña y públicamente los socialistas catalanes se han negado a aceptar.
La CUP en proceso de refundación solo acepta votar una candidatura unitaria independentista. Una candidatura en la que coinciden nuevamente Ómnium, ANC, la AMI y Junts pero que no convence del todo y transversalmente en ERC consciente de que fue Junts unos de los responsables del adelanto electoral en Catalunya, tras debilitar a Pere Aragonés marchándose con un buen portazo en mitad de la legislatura. Es a Junts también a quién una repetición electoral con una candidatura unitaria beneficiaría mayoritariamente haciendo desaparecer todavía más a ERC en el territorio catalán.
Hay incluso quién cree que detrás de la filtración interesada del último escándalo que ha sacudido los cimientos de ERC alrededor de la campaña de "carteles B" que afectó gravemente a la familia Maragall está más cerca del fuego amigo de Junts y su lema de "divide y vencerás" que de la guerra abierta entre facciones internas.
Sobre está hipótesis se entendería mejor la posición de Oriol Junqueras sobre este asunto, y quizás empiezan a entenderlo mejor incluso en la orilla más joven que pide paso y renovación en el partido. Unos y otros son conscientes de que hay que reconstruir ERC, que ello llevará tiempo, un esfuerzo colectivo de reconciliación y acuerdos, y sobre todo, serán necesarios recursos.
Están en ERC intentando mantener la cabeza fría, haciendo grandes esfuerzos para no ceder a la presión ni interna ni externa y tomar con sus 93 años de historia una decisión propia que le sea útil a Cataluña.
Pese a tener las líneas difusas sobre quién es realmente "el enemigo común" al que se enfrentan, las distintas almas repúblicanas, generacionalmente diversas y dispersas sienten que frente aquello que les separa tienen que poder trabajar juntos. Nadie quiere que el trabajo social llevado a cabo durante esta legislatura se pierda y por eso buscan la mejor formula para atender las necesidades de los catalanes y actuar con respondabilidad.
Con la misma cabeza puesta en Catalunya los socialistas buscan con insistencia frenar una repetición electoral con la que sueña Carles Puigdemont y Junts a quienes hacer volver a las urnas a los catalanes les parece una muy buena idea. Idea que comparten sin fisuras Ómnium, ANC y la AMI que quieren recuperar el voto de los independentistas desencantados tras 10 años ininterrumpidos de un "procés" que quieren hacer renacer.
El candidato del PSC a presidir la Generalitat, Salvador Illa, pidió este domingo al poder judicial que "respete el espacio del poder legislativo" y que aplique la amnistía, que ha sido aprobada, ha remarcado, por una mayoría absoluta en el Congreso.
"Decir al poder judicial: os respetamos, tenéis una función muy importante y respetamos vuestro espacio de decisión, pero también que respete el espacio del poder legislativo", ha expresado Illa, en la clausura del congreso de la federación del PSC de Barcelona, que este fin de semana ha renovado su dirección en la capital catalana.
Illa ha asegurado que la Ley de Amnistía es clara y explícita en la voluntad de la medida y sus consecuencias, por lo que ha exigido respetar una decisión tomada por uno de los principales poderes de la democracia, que es el legislativo, ha dicho.
El candidato ha valorado que la amnistía al 'procés' ha servido para normalizar la situación política en Catalunya, y ha calificado la ley como "política de altura" que sirve, apunta, para transformar las cosas.
Illa ha reiterado su voluntad de liderar la Generalitat con el apoyo de ERC y los Comuns, y ha añadido que las conversaciones para una eventual investidura se están llevando con discreción.
Mientras los catalanes siguen mirando con sumo interés la partida de ajedrez con la curiosidad de conocer en algún momento quién dará su particular Jaque Mate al contrario sin que ellos salgan escaldados.
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