El drama de los pacientes con COVID persistente: el diagnóstico tarda más de 5 meses

El diagnóstico tardío se debe en parte a la variabilidad y la inespecificidad de los síntomas

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Foto: Privaclinic

 

Un paciente en España tarda un promedio de 5 meses en ser diagnosticado con COVID-19 persistente desde el último diagnóstico de coronavirus. Este tiempo, que equivale a unos 163 días, ha sido determinado por un análisis realizado por CEGEDIM Health Data España.

El diagnóstico tardío se debe en parte a la variabilidad y la inespecificidad de los síntomas de COVID-19 persistente. Los síntomas más comunes incluyen fatiga, dolores corporales, dificultades respiratorias, tos persistente y problemas cognitivos como confusión, pérdida de memoria y falta de concentración. Para que se diagnostique la condición post-covid, estos síntomas deben persistir entre 4 y 12 semanas después de la infección inicial, ya sea de manera constante o intermitente.

El análisis de CEGEDIM también revela que la condición post-covid afecta aproximadamente el doble de veces a mujeres que a hombres, y que la franja de edad afectada ha cambiado con el tiempo. En 2022, la condición era más común en personas de 40 a 44 años, pero actualmente se observa un aumento en pacientes de 60 a 64 años.

A pesar de que las nuevas variantes del virus, como la FLiRT, han reducido la incidencia de COVID-19 persistente, esto no disminuye la importancia clínica de la enfermedad. El Dr. Carlos Iglesias, director médico de CEGEDIM Health Data España, destaca que el síndrome sigue requiriendo un seguimiento adecuado para asegurar la mejor atención posible a los pacientes afectados.

El análisis también indica que el uso previo de ansiolíticos podría estar relacionado con una mayor predisposición a desarrollar COVID-19 persistente. Según los datos, la cronificación de la enfermedad es un 20% más frecuente en pacientes que tomaban ansiolíticos antes de contraer el SARS-CoV-2 en comparación con aquellos que no los usaban. Aunque esta asociación podría ser indirecta, sugiere la necesidad de estudios más detallados para comprender mejor esta relación.

Además, alrededor del 7% de los pacientes con COVID-19 persistente inicia tratamiento con ansiolíticos después de la infección, probablemente debido a los síntomas físicos y al tiempo que tardó en reconocerse la afección. La Organización Mundial de la Salud estima que entre el 10% y el 20% de los afectados por SARS-CoV-2 experimentan efectos prolongados, por lo que es esencial seguir recopilando datos a largo plazo para comprender mejor la cronificación de estos síntomas.

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