¿En qué punto está la deseada cura del SIDA?
Hoy, 1 de diciembre, es el Día Internacional de la infección
El Día Internacional del SIDA se conmemora cada 1 de diciembre desde 1988. Esta fecha fue elegida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y respaldada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como una forma de concienciar sobre el VIH y el SIDA, además de fomentar la prevención, la investigación y el apoyo a los pacientes. La elección del 1 de diciembre no fue arbitraria; buscaba dar visibilidad al tema antes de finalizar el año, en un momento en que la epidemia estaba causando una profunda crisis sanitaria y social. Desde su instauración, este día ha servido como un llamado global para combatir el estigma asociado a la enfermedad y mejorar el acceso a la atención médica.
El SIDA, o síndrome de inmunodeficiencia adquirida, fue identificado por primera vez en 1981 en Estados Unidos, cuando los médicos observaron un aumento inusual de casos de infecciones oportunistas y cánceres raros, como el sarcoma de Kaposi, en hombres jóvenes previamente sanos. Pronto se descubrió que estas condiciones estaban relacionadas con un virus que atacaba el sistema inmunológico, identificado en 1983 como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Aunque el origen exacto del virus sigue siendo objeto de estudio, se ha rastreado su mutación desde un virus similar presente en primates en África occidental.
La epidemia del SIDA ha tenido un impacto devastador a lo largo de las décadas. Según ONUSIDA, más de 84 millones de personas han contraído el VIH desde el inicio de la pandemia, y cerca de 40 millones han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA. En 2023, más de 38 millones de personas vivían con VIH en el mundo. Celebridades como Freddie Mercury, Rock Hudson y Arthur Ashe pusieron un rostro visible a la enfermedad, ayudando a romper tabúes y generando conciencia sobre la importancia de la investigación y la prevención.
Hoy en día, gracias a los avances médicos, las personas con VIH pueden llevar una vida relativamente normal con el tratamiento antirretroviral. Estos medicamentos no solo prolongan la vida, sino que también reducen la carga viral a niveles indetectables, lo que evita la transmisión del virus a otras personas. Sin embargo, no existe cura definitiva, y los tratamientos deben ser continuos. En las últimas décadas, la investigación ha avanzado hacia terapias genéticas y vacunas, aunque aún no se ha encontrado una solución definitiva. Los ensayos más recientes muestran resultados prometedores, pero la cura sigue siendo un desafío complejo.
La prevención sigue siendo la estrategia más efectiva contra el VIH. El uso consistente del preservativo, la educación sexual integral, las pruebas regulares de VIH y el acceso a la profilaxis preexposición (PrEP) han demostrado ser herramientas clave para reducir la transmisión. Además, combatir el estigma y garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud son aspectos esenciales para frenar la pandemia.
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