La contaminación del aire aumenta el riesgo de ingreso hospitalario por enfermedades mentales y físicas
Los investigadores se basaron en datos a nivel individual del Estudio Longitudinal Escocés, que representa el 5% de la población escocesa e incluye información demográfica de censos vinculados
La exposición acumulada a la contaminación del aire durante varios años está relacionada con un mayor riesgo de ingreso hospitalario por enfermedades mentales, conductuales y físicas, según descubre una investigación de la Universidad de St Andrews, en Escocia, Reino Unido, publicada en la revista de acceso abierto 'BMJ Open'. Ante estos resultados, se necesitan restricciones ambientales más estrictas para frenar el impacto en la atención secundaria, concluyen los investigadores.
Las investigaciones publicadas anteriormente sobre los efectos de la exposición prolongada a la contaminación del aire ambiente en la salud han tendido a enfatizar las muertes en lugar de las admisiones hospitalarias y la mala salud física, en lugar de la mental, sugieren los investigadores.
En un intento por llenar este vacío de conocimiento, los investigadores se basaron en datos a nivel individual del Estudio Longitudinal Escocés, que representa el 5% de la población escocesa e incluye información demográfica de censos vinculados.
En total, se incluyeron en el análisis 202.237 personas de 17 años o más. Se hizo un seguimiento de su salud y de sus ingresos hospitalarios por todas las causas (enfermedades cardiovasculares, respiratorias o infecciosas) y enfermedades mentales o trastornos de conducta a partir de los datos de Public Health Scotland y se los vinculó con los niveles de cuatro contaminantes clave para cada uno de los años entre 2002 y 2017 inclusive.
Los cuatro contaminantes procedentes del tráfico rodado y de la industria eran: dióxido de nitrógeno (NO2); dióxido de azufre (SO2); partículas de diámetro igual o superior a 10 um (PM10); y partículas pequeñas de 2,5 m o menos (PM2,5) por cada km2 en el código postal residencial de cada persona.
Se observaron fluctuaciones en los niveles de contaminantes a lo largo del período de estudio, registrándose niveles más altos en 2002-2004. Durante todo el período 2002-2017, los niveles promedio de NO2, SO2, PM10 y PM2,5 fueron 12, 2, un poco más de 11 y un poco más de 7 ug/m3, respectivamente.
Los niveles anuales promedio de NO2, PM10 y PM2,5 fueron inferiores a las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2005, pero los niveles de NO2 y PM2,5 fueron superiores a las directrices más recientes de la OMS de 2021.
La exposición acumulada promedio a la contaminación del aire estuvo fuertemente asociada con tasas más altas de admisiones hospitalarias. Una mayor exposición acumulada a NO2, PM10 y PM2.5 se asoció con una mayor incidencia de admisiones hospitalarias por todas las causas y por enfermedades cardiovasculares, respiratorias e infecciosas antes de tener en cuenta el área residencial.
Cuando se ajustó completamente a la exposición acumulada a lo largo del tiempo, la tasa de incidencia de admisiones hospitalarias por enfermedades respiratorias aumentó poco más del 4% y poco más del 1%, respectivamente, por cada aumento de 1 ug/m3 en los contaminantes PM2,5 y NO2.
El SO2 se asoció principalmente con admisiones hospitalarias por enfermedades respiratorias, mientras que el NO2 se asoció con un mayor número de admisiones hospitalarias por enfermedades mentales/trastornos del comportamiento.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no se pueden extraer conclusiones firmes sobre causa y efecto. Y los investigadores reconocen que aunque tuvieron en cuenta datos demográficos, como la edad, el sexo, la etnia y el nivel educativo, no pudieron tener en cuenta otros factores potencialmente influyentes, como el estilo de vida, el peso (IMC), la contaminación acústica o la ausencia de espacios verdes.
La exposición a la contaminación del aire ambiente se evaluó anualmente en lugar de mensualmente o diariamente, enmascarando así las variaciones estacionales, mientras que el código postal residencial tuvo que servir como indicador de la exposición personal a la contaminación del aire.
Sin embargo, los resultados se hacen eco de los de investigaciones publicadas anteriormente, comentan los investigadores, quienes sugieren: "Las políticas e intervenciones sobre la contaminación del aire a través de regulaciones ambientales más estrictas, planificación a largo plazo y el cambio hacia la energía renovable podrían eventualmente ayudar a aliviar la carga de atención hospitalaria en el largo plazo".
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