Entrevista al doctor Antoni Callén: "En Catalunya somos pioneros en desarrollar marcadores de enfermedad"

CatalunyaPress conversa con el jefe de Neurología del Hospital de San Joan de Déu

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El doctor Antoni Callén, en su puesto de trabajo. Foto: Hospital de Sant Joan de Déu

 

Recientemente se publicaba que entre el 10 y el 20% de casos de demencia en España son causados por los cuerpos de Lewy. ¿Qué significa esto y qué diferencia hay con otros tipos?

Si sólo contamos las neurodegenerativas, los cuerpos de Lewy son la segunda causa de mayor número de demencias, por detrás del Alzheimer. Hay que tener en cuenta que no hay demasiados estudios al respecto, pero la estimación que tenemos es que habría unas 35.000 o 40.000 personas en Catalunya que sufren demencia por cuerpos de Lewy.

Tiene unos rasgos muy diferenciales del resto, sobre todo si se compara con el Alzheimer; entre ellas y básicamente se basa en la alteración conductual, mucho más que en problemas de memoria. Y ya no sólo por agresividad, sino por alucinaciones, ideación delirante y también presenta síntomas presentes en la enfermedad de Parkinson, ralentización de los movimientos, rigidez, caídas de forma frecuente...

 

Otros datos, en este caso de la Generalitat, indican que el Alzheimer es la causa del 70% de las demencias en Catalunya y que su incidencia se duplicará en 2050 por el envejecimiento de la población. ¿Qué hacer?

Esto es cierto, el aumento de las demencias, globalmente, está ligado a la edad. La enfermedad de Alzheimer es ahora más conocida porque, quien más quien menos, conoce a alguien que la padece. También el aumento de la esperanza de vida de la población, que se encuentra en unos 83 años de media, hace que crezca su incidencia. También diagnosticamos ahora más que hace una década, por ejemplo, porque la expectativa de vida es mayor.

 

Estudios recientes apuntan a que 1 cada 10 personas mayores de 60 años y un tercio de las mayores de 85 ya padecen alguna enfermedad neurodegenerativa...

La ventaja que hemos tenido con este aumento de la incidencia es que cada vez podemos conocer mejor estas enfermedades. Y me gusta hablar de forma global, porque no sólo entran aquí las enfermedades de la familia de las demencias, sino también el Parkinson.

Desde la sociedad científica desarrollamos grupos de estudios y la investigación está muy activa. En nuestro país hay grandes grupos que están investigando y que permite, si bien de momento no existen tratamientos curativos, sí que hay medicamentos que permiten controlar bastante bien los síntomas.

 

Recientemente ha habido avances en este campo, como la detección del daño cerebral silencioso y la detección precoz con sencillos procedimientos como un análisis de sangre. ¿Este es el camino a seguir?

Sin duda. Debemos estar muy orgullosos, porque en Catalunya somos pioneros en desarrollar formas de detección de lo que llamamos marcadores de enfermedad. Esto hace que cada vez estamos más cerca de poder realizar un diagnóstico más certero, y equipos de investigadores catalanes han logrado avances importantes para poder elaborar fármacos cada vez más seguros y más eficaces. La detección y precisión en el diagnóstico son claves.

 

En la primavera del pasado año se anunció que en Estados Unidos se ponían en marcha ensayos iniciales de una vacuna diseñada para prevenir la formación de proteínas tóxicas en el cerebro en los enfermos de Alzheimer. ¿Qué sabe del tema?

La globalización tiene sus puntos negativos, pero ayuda en el campo de la investigación, se generan sinergias. Yo, por ejemplo, estoy colaborando con la Fundación Michael J. Fox. En Europa se están desarrollando muchas líneas de investigación, pero van muy sinérgicas. Evidentemente, puede haber diferencias entre las hipótesis y los objetivos, pero al final se acaba juntando y no demasiadas diferencias.

Debemos tener en cuenta que cuando se comienza una búsqueda de cualquier fármaco, de la globalidad de los ensayos que se ponen en marcha igual solamente sale un 1% en el mercado. En los medios, muchas veces, salen noticias muy esperanzadoras, pero quizás una línea de investigación en concreto debe abandonarse porque eso o tiene más efectos adversos que beneficios o no aporta nada.

 

¿Cómo tratan estas enfermedades neurodegenerativas en Sant Joan de Déu?

Somos un hospital de nivel 2, muy discreto, pero con cierta proyección. Me gusta decir que las enfermedades neurodegenerativas son más mi área de interés que de experiencia, y no sólo en el tratamiento, también en la investigación; hacemos desde ensayos con dispositivos para permitir una mejor calidad de vida de los pacientes hasta trabajo conjunto con entidades, como la antes mencionada, Michael J. Fox, para buscar biomarcadores de enfermedades neurodegenerativas.

 

Acabamos. En otoño del año pasado alabó el papel de las personas cuidadoras. ¿Son las grandes olvidadas?

Sí... tenemos que cuidar a las personas cuidadoras. Suelo hablar de cuidadora, porque las mujeres son las figuras más habituales al hacerlo. Y son un pilar fundamental en estas situaciones. En Sant Joan de Déu tenemos una iniciativa desde hace varios años para formar cuidadores, porque hay una parte que puede ser intuitiva, pero se necesitan unos conocimientos básicos para realizar un trabajo que es realmente muy cargante, especialmente cuando puede haber alteraciones conductuales.

Implica estar las 24 horas del día alerta y el proceso neurodegenerativo va a más, haciendo que la sobrecarga también crezca. Personalmente, la tengo contemplada en mi línea de actuación, debe trabajarse con el paciente, pero procurar que tenga una buena formación es imprescindible.

 

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