Exigen que se refuerce la seguridad en hospitales y centros sanitarios tras el secuestro de Bilbao

El caso del secuestro de un bebé en un hospital de Bilbao ha hecho que se ponga encima de la mesa la seguridad que hay en hospitales y centros sanitarios. Que una mujer pudiera hacerse pasar por profesional del centro y llevarse a un recién nacido ha sacudido a la sociedad.

En este sentido, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha emitido un comunicado reclamando "medidas para el control de acceso y salidas" y calificando la seguridad de "deficiente". Desde el sindicato apuntan que "los protocolos establecidos no se cumplen en muchos casos por la falta de personal y recursos tecnológicos" aunque del mismo modo inciden que "los hospitales y centros de asistencia sanitaria deberían tener medidas de seguridad eficaces en más áreas de las existentes, principalmente donde haya pacientes, como pueden ser la instalación de sistemas de control de huellas y tarjetas identificativas para el acceso".

"No es habitual el robo de un bebé en un centro, pero tampoco debería serlo que una persona vestida con uniforme médico pueda salir del mismo con un bebé en sus brazos", apuntan desde el CSIF, que a la vez pide una mayor presencia de profesionales de la seguridad que "vigilen e impidan actitudes sospechosas".

Además, el sindicato apunta que ha exigido en "numerosas ocasiones" un "mayor control en la libre circulación" de los centros de personas no identificadas, especialmente en ciertas unidades de hospitalización, que eviten agresiones a los profesionales o posibles sucesos trágicos.

LAS FUNCIONES DE LOS VIGILANTES

Según la Ley de Seguridad Privada, las funciones de los vigilantes que trabajan en estos hospitales son:

-Vigilancia y protección del edificio.

-Control de entradas y salidas de visitantes, personal o mercancías (incluyendo el control de identidad si fuera preciso).

-Recepción de visitantes en zonas con sistemas de seguridad.

-Recogida y custodia de los efectos de los visitantes, en caso preciso incluyendo el control de los efectos personales si es preciso.

-Expulsión de personas por incumplimiento de las normas del hospital.

-Intervención en caso de vandalismo.

-Comprobación del estado y funcionamiento de las instalaciones de seguridad.

-Vigilancia y control de medios técnicos.

"HAY PROTOCOLOS, PERO ES DIFÍCIL CUMPLIRLOS CON POCOS RECURSOS"

"Los protocolos existen, pero es difícil cumplirlos cuando el personal está corto de recursos", explica a Catalunya Press Fernando Hontangas, responsable de Sanidad del CSIF. "Debería incorporarse a las plantas donde hay pacientes las medidas tecnológicas que hay en quirófanos y UCIs, como lectores de huella dactilar o de tarjetas. Allí se cumplen a rajatabla y también son necesarias en otros puntos", añade, apuntando que "donde hay pacientes, el acceso debería ser restringido".

"En un día, por un hospital pasan muchísimas personas y es complicado asegurarse que ninguna de ellas hace algo que no debe", apunta Hontangas, que dice que el CSIF lleva años reclamando "más inversión en seguridad". El responsable de Sanidad del sindicato apunta que, en este sentido, uno de los puntos claros de mejora es la contratación de más personas para la vigilancia de accesos y salidas. "En las entradas falta gente, eso también es una demanda que hace mucho que ponemos encima de la mesa", señala.

Para Hontangas, el caso de Bilbao es "una negligencia grave" y que los vigilantes de seguridad están entrenados para saber quién entra y quién sale del hospital y por dónde. "No puede salir una persona con bata blanca por un acceso del público", asevera.

EXISTEN PRECENDENTES

El episodio de Bilbao, desafortunadamente, hace que se repita lo vivido en 2019 en el hospital de Guadalajara, cuando con un modus operandi idéntico, una mujer se hizo pasar por una pediatra para robar un bebé. Actualmente cumple 5 años de cárcel por detención ilegal.

Además, el Hospital de San Sebastián también ha vivido dos casos de intentos de secuestro, uno en 2012 y otro dos años más tarde.