Así entra la cocaína en Europa: Bélgica, Países Bajos y España, los puertos de la droga

Puertos como el de Amberes, en Bélgica, el puerto de Rotterdam, en Países Bajos, o los puertos de Valencia, Algeciras o Barcelona en España se han convertido en la puerta de entrada de toneladas de cocaína en Europa. En total, entre los tres países suman el 73% del total de la cocaína que entra a la Unión Europea. 
 

Además, España es uno de los dos países donde se manufactura más cocaína, junto con Países Bajos. España informó al Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) que entre octubre de 2019 y julio de 2021 se desmantelaron 11 instalaciones de extracción secundaria de cocaína ilícita, con una capacidad estimada de producción de clorhidrato de cocaína de entre 3 y 500 kilogramos por semana. 

Sin embargo, el puerto donde más se ha incrementado el tráfico de cocaína es el de Amberes, que ahora mismo representa el principal punto de entrada de esta droga en Europa. Mientras que en los puertos españoles se incautaron 37 toneladas de cocaína en 2020, en el de Rotterdam se incautaron 49 toneladas, y en el de Amberes, 70 toneladas. La llegada de droga a esta ciudad belga está desbordando a las autoridades. 

Tal es así que la Comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y otras autoridades, como el ministro del Interior belga, Annelies Verlinden, la directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle, y el director del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), Alexis Goosdeel, han visitado recientemente la infraestructura.

De hecho, no es la primera vez que este puerto (el segundo mayor de Europa, después del de Rotterdam, en los Países Bajos) centra miradas de las autoridades, tanto políticas, como sanitarias y policiales, por la llegada de droga; de hecho, según la OEDT, Amberes "ha estado en el foco desde 2018 como un punto de entrada prominente de drogas ilícitas enviadas a Europa desde Latinoamérica".

Los datos que ha publicado el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (suministrados por las autoridades belgas) indican que las incautaciones de cocaína en el puerto de esta ciudad subieron de 91 toneladas en 2021 a cerca de 110 toneladas en 2022. Esta cifra sitúa a Amberes como el principal lugar de entrada principal de esta droga en el viejo continente.

Durante su visita a las instalaciones portuarias, Goosdeel aseguró que "los elevados niveles de producción de cocaína en Suramérica han llevado a unos niveles récord de incautaciones en Europa, con Bélgica liderando esta clasificación por lo que respecta a estados de la Unión Europea". De hecho, el director de la OEDT apuntó que "los volúmenes excepcionalmente altos de incautaciones (hechos en Amberes y otros puertos) indican que el flujo de droga aumenta y amenaza a toda la Unión Europea".

El documento (en inglés) con el análisis de la situación hecho conjuntamente por Europol y OEDT.
 

"VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN"

De forma complementaria, Goosdeel mostró su preocupación porque "la expansión del mercado de la cocaína en la UE está trayendo consigo un aumento de la violencia y la corrupción y una presión sobre las instituciones públicas y la gobernanza".

Esta situación, además, lamentó el responsable de EMCDDA, hace que "aumente el riesgo de consumo de crack y cocaína en todos los estados miembros de la UE". Los responsables del observatorio apuntan que la mayoría de droga que detectan procede de Colombia, aunque llega a Europa vía el puerto de Guayaquil, el principal que opera en Ecuador.

En este sentido, dijo que las autoridades deben garantizar que adaptan sus "respuestas para reducir la oferta y la demanda de drogas", admitiendo que debe plasmarse en "un análisis más holístico y estratégico para captar la complejidad de la transformación del mercado de las drogas en los últimos años y diseñar enfoques nuevos e innovadores para el problema".

La problemática ha hecho que incluso el rey de Bélgica, Felipe, subrayara en una intervención reciente la "necesidad de abordar las causas profundas de la adicción, invertir más en prevención y proteger a los jóvenes de las falsas promesas del consumo de drogas".