El Cinexín, el proyector de vídeo que conectó a los niños españoles con el cine
Viajamos al pasado para recordar el mítico juguete que enamoró a los niños españoles durante varias décadas
El Cinexín fue un proyector de cine para niños que se comercializó en España por la compañía Exin desde 1971 hasta 1983. Fue uno de los juguetes más populares y deseados de la época, ya que permitía a los niños ver pequeños fragmentos de películas y dibujos animados en una pared o en una pantalla.
El Cinexín se inspiró en otros proyectores similares que existían en otros países, como el Reino Unido o Estados Unidos. Tenía un diseño sencillo y resistente, de color naranja, que funcionaba con tres pilas y una bombilla. El niño podía controlar la proyección con una manivela manual que hacía avanzar, retroceder o congelar la imagen.
Las películas para el Cinexín se vendían aparte, en unas bobinas sin fin que se insertaban en el proyector sin necesidad de enhebrarlas. Eran fragmentos de 30 segundos de películas famosas o episodios de dibujos animados, en blanco y negro y sin sonido. Algunos de los títulos más conocidos eran: El libro de la selva, La guerra de las galaxias, Heidi, Marco o Popeye.
El Cinexín fue un juguete que marcó a varias generaciones de niños españoles, que disfrutaron de su propio cine en casa. Hoy en día es un objeto de coleccionismo y nostalgia, que recuerda una época más inocente e ilusionante.
Pero ¿cómo surgió la idea del Cinexín? ¿Qué antecedentes tuvo? ¿Qué evolución experimentó? Vamos a repasar la historia del Cinexín y sus características más destacadas.
La historia del Cinexín se remonta al siglo XIX, cuando se inventaron los primeros aparatos que permitían crear la ilusión del movimiento a partir de imágenes fijas. Algunos ejemplos son el zoótropo, el praxinoscopio o el kinetoscopio. Estos inventos fueron los precursores del cine, que nació oficialmente en 1895 con la proyección pública de los hermanos Lumière.
El cine pronto se convirtió en un fenómeno popular y cultural, que atrajo a millones de espectadores y dio lugar a diversos géneros y estilos. También se adaptó a los avances tecnológicos, incorporando el color, el sonido, el formato panorámico o los efectos especial, y despertó el interés y la curiosidad de los niños, que querían imitar a sus ídolos o recrear sus historias favoritas. Así surgieron los primeros proyectores de cine para niños, que usaban formatos más pequeños y sencillos que el cine profesional. Uno de los formatos más populares fue el 8 mm o doble 8, que consistía en una película de 16 mm dividida en dos mitades.
En 1968, la empresa británica Chad Valley Toy Company lanzó al mercado un proyector de 8 mm para niños llamado Cine-Projector. Este proyector tenía un diseño muy parecido al del futuro Cinexín: un cuerpo naranja con una manivela manual y una bombilla con lente condensadora. El proyector se vendía con películas cortas de dibujos animados o películas clásicas como King Kong o Frankenstein.
El éxito del Cine-Projector llamó la atención de otras empresas jugueteras, como la estadounidense Kenner, que lo imitó con su Movie Viewer. También lo hizo la española Exin, que en 1971 presentó su propio proyector: el Cinexín. Exin era una empresa fundada en 1956 por José Aleu Pla y dedicada a la fabricación y distribución de juguetes. Entre sus productos más famosos estaban los Scalextric o los Tente.
El Cinexín fue un éxito para Exin porque fue un juguete innovador, divertido y educativo, que satisfacía la curiosidad y la imaginación de los niños por el cine. El Cinexín permitía a los niños ver en su propia casa fragmentos de películas y dibujos animados que les gustaban, y además les daba el control de la proyección con la manivela manual. El Cinexín también fue un éxito porque se adaptó a los gustos y las demandas del mercado, ofreciendo una gran variedad de películas y modelos de proyectores. El Cinexín se convirtió en uno de los juguetes más vendidos y deseados de la época, y generó beneficios y prestigio para Exin.
SUPER CINEXÍN
Exin lanzó el Super Cinexín en 1983 para mejorar la calidad y la variedad de su proyector de cine para niños. El Super Cinexín usaba el formato Super 8, que era más moderno y con mayor definición que el formato de 8 mm o Doble 8 que usaba el Cinexín original. El Super Cinexín también tenía un diseño más atractivo, con una carcasa de plástico azul y un casete cerrado para las películas, que las hacía más resistentes y fáciles de insertar. El Super Cinexín ofrecía películas con sonido y con personajes más actuales, como La guerra de las galaxias o E.T.. El Super Cinexín fue un intento de Exin de adaptarse a los cambios tecnológicos y a las demandas del mercado, y de mantener el éxito y la popularidad de su juguete estrella.
EL FIN DEL FENÓMENO
El Cinexín dejó de ser popular por varias razones. Una de ellas fue que la empresa que lo hacía, Exin, cerró por problemas de dinero acusada por la fuerte competencia. Otra fue que salieron otras tecnologías mejores para ver películas, como el vídeo VHS y después, el DVD, haciendo que los niños de las siguientes épocas ya no se interesaran por una tecnología, a priori, más rudimentaria. El Cinexín se convirtió en un juguete antiguo y solo lo recuerdan los adultos que habían jugado con él de niños, perdiéndose en la memoria de los españoles.
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