Ada Colau se olvida de Tersa, donde admiten que la incineradora del Besòs facilitó datos falsos
La Generalitat remitió al juzgado encargado de investigar la incineradora del Besòs una gran cantidad de datos que fueron considerados "erróneos"
La investigación judicial que está teniendo lugar sobre la incineradora del Besòs, gestionada por Tersa y que quema toneladas de basura que proveniente de Barcelona y su área circundante, se centra en las temperaturas a las que opera la planta. Esta instalación es propiedad del ayuntamiento de Barcelona y el AMB.
Durante meses, las pesquisas sobre presuntos delitos ambientales relacionados con niveles excesivos de contaminación han estado estancadas, pero recientemente se han visto afectadas por errores e inconsistencias en los datos proporcionados sobre las emisiones y la combustión. Además, el registro realizado por la Guardia Civil el 10 de mayo en la fábrica, ubicada en el límite entre Barcelona y Sant Adrià de Besòs, ha añadido más agitación a la situación.
Durante la inspección en las instalaciones, los agentes se mostraron particularmente interesados en obtener los datos originales sobre la actividad de la central, tanto en lo que respecta a la contaminación emitida a través de la chimenea como a las temperaturas alcanzadas durante la combustión de los residuos. Algunos de los resultados reportados por Tersa a la Generalitat reflejaron niveles de calor tan exorbitantes que los expertos consultados afirmaron que sería imposible que ocurrieran en la Tierra sin desintegrar todo a su paso.
PROCESO JUDICIAL ABIERTO
Durante la inspección, los abogados de la compañía admitieron discrepancias en las temperaturas que se comunicaron en tiempo real al Departament d'Acció Climàtica.
Según la versión que coinciden diferentes partes cercanas a la investigación, los abogados respondieron a la Guardia Civil que en ocasiones se transmiten resultados "falsos" al órgano de control en relación al calor alcanzado por la incineradora.
Atribuyeron estas discrepancias puntuales al algoritmo, la fórmula matemática utilizada para estimar el calor generado en los hornos, que es un aspecto fundamental en las investigaciones en curso.
La empresa pública comunicó a Acció Climàtica valores superiores a 4.000, 5.000, 6.000, 7.000, 8.000, 9.000 y casi 10.000 grados centígrados en diferentes fechas entre 2019 y 2021. Esta información se encuentra registrada en las hojas de cálculo entregadas por la conselleria a la jueza instructora de Badalona encargada del caso.
Tanto el presidente de Tersa y concejal de Emergencia Climática en Barcelona, Eloi Badia, como el jefe de explotación de la compañía, F. R. G., están siendo investigados en relación a estos hechos.
Recientemente, Tersa admitió a EL PERIÓDICO que no utiliza temperaturas exageradas ni extremadamente frías para el tratamiento de escombros, a diferencia de lo que aparece en los documentos incluidos en el sumario. Valores como -718, 0 o -801 ºC, que resultan inverosímiles según los principios de la física, también están presentes en dichos documentos. No obstante, la empresa sostiene que las cifras no son erróneas y no generan "ninguna duda", argumentando que se pueden interpretar en función de diferentes indicadores. Tersa no ha especificado a qué parámetros se refiere. Por su parte, el Ministerio de Transición Ecológica aclara que los hornos de una planta de tratamiento de residuos generalmente oscilan entre los 900 y 1.200 ºC.
Según las fuentes cercanas al caso, los abogados de Tersa explicaron a la Guardia Civil que las discrepancias en las temperaturas ocurren en determinadas circunstancias. Sin embargo, hasta el momento, la compañía no ha proporcionado una explicación detallada sobre las razones detrás de la discrepancia entre el nivel de combustión real y el registrado en la Xarxa d'Emissions Atmosfèriques de Catalunya (XEAC), dependiente de la Generalitat. Estas fuentes también indican que la empresa ha afirmado en varias ocasiones que los resultados no se pueden interpretar de manera aislada y deben considerarse junto con otras variables.
La temperatura a la que se queman los desechos es crucial para determinar si la planta excedió los límites de contaminación. Los investigadores están trabajando para determinar si la incineradora podría haber liberado sustancias en la atmósfera en concentraciones perjudiciales, poniendo en riesgo la salud de los residentes locales.
La denuncia presentada por la Fiscalía subraya la importancia de que los gases alcancen una temperatura superior a los 850 ºC durante al menos dos segundos, a fin de garantizar una incineración adecuada de los residuos y minimizar las emisiones.
TERSA ADMITE MUCHOS ERRORES PERO NO FACILITA LA INVESTIGACIÓN POLICIAL
Tersa y la Generalitat han defendido la fiabilidad del algoritmo y han afirmado que la planta ha estado funcionando correctamente. Sin embargo, tanto la Guardia Civil como el Ministerio Público argumentan que la fórmula matemática utilizada no está homologada y que la planta ha incinerado residuos a temperaturas inferiores a los 850 ºC "en numerosas ocasiones".
Después de más de 10 horas en la incineradora, los agentes realizaron una copia de los datos originales que la compañía pública ha enviado en tiempo real a la XEAC desde 2017 hasta la fecha actual. Los investigadores están interesados en comparar estos datos con las listas proporcionadas por la Generalitat al juzgado, donde las cantidades parecen mostrar superaciones constantes y significativas de los límites normativos de contaminación atmosférica.
Sin embargo, el Departament d'Acció Climàtica ha señalado que ha detectado un posible fallo masivo en la copia de los valores entregados a la jueza. Como resultado de este reconocimiento, millones de dígitos han quedado en duda debido a la omisión de los puntos decimales, producto de un descuido informático.
En relación a eso, los responsables de Tersa reiteraron a los agentes que se había producido un "error grave" que no era responsabilidad de la empresa. Durante el proceso de copia de los valores, los agentes encontraron una clasificación denominada "datos a futuro". La compañía afirmó que también se trataba de un error.
Además, la Guardia Civil solicitó copiar el contenido del programa Scada, el sistema informático interno de Tersa que recopila los datos de los sensores de la planta. Sin embargo, este programa solo conserva referencias de los últimos seis meses, borrando automáticamente los datos más antiguos. Los agentes no se llevaron la información después de que los abogados de la empresa se opusieran a entregarla, argumentando que no estaba especificada como parte de las diligencias a realizar en el auto.
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