Leer por placer desde niño, asociado a mayor bienestar mental en la adolescencia
El último Barómetro de hábitos de lectura, publicado en febrero de este año, apunta que en Catalunya está creciendo
Los niños que empiezan a leer por placer a una edad temprana tienden a obtener mejores resultados en las pruebas cognitivas y a tener una mejor salud mental cuando entran en la adolescencia, según ha descubierto un estudio de más de 10.000 jóvenes adolescentes de Estados Unidos, publicado en la revista Psychological Medicine.
Investigadores del Reino Unido y China descubrieron que 12 horas semanales era la cantidad óptima de lectura, y que ésta estaba vinculada a una mejor estructura cerebral, lo que podría ayudar a explicar los resultados.
Leer por placer puede ser una actividad importante y agradable en la infancia. A diferencia de la comprensión auditiva y el lenguaje hablado, que se desarrollan con rapidez y facilidad en los niños pequeños, la lectura es una habilidad que se enseña y se adquiere y desarrolla mediante un aprendizaje explícito a lo largo del tiempo.
Durante la infancia y la adolescencia, nuestro cerebro se desarrolla, por lo que es una época importante para establecer comportamientos que favorezcan nuestro desarrollo cognitivo y promuevan una buena salud cerebral. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro el impacto, si es que lo había, que tendría animar a los niños a leer desde una edad temprana en el desarrollo de su cerebro, su cognición y su salud mental en etapas posteriores de su vida.
De los 10.243 participantes estudiados, algo menos de la mitad (48%) tenía poca experiencia en la lectura por placer o no empezó a hacerlo hasta más tarde en su infancia. La mitad restante había pasado entre tres y diez años leyendo por placer.
El equipo descubrió una estrecha relación entre la lectura por placer a una edad temprana y un rendimiento positivo en la adolescencia en pruebas cognitivas que medían factores como el aprendizaje verbal, la memoria y el desarrollo del habla, y en el rendimiento académico escolar.
Estos niños también presentaban un mejor bienestar mental, evaluado mediante una serie de puntuaciones clínicas e informes de padres y profesores, y mostraban menos signos de estrés y depresión, así como una mejor atención y menos problemas de comportamiento, como agresividad e incumplimiento de normas.
Los niños que empezaron antes a leer por placer también tendieron a pasar menos tiempo frente a la pantalla (por ejemplo, viendo la televisión o utilizando su smartphone o tablet) durante la semana y los fines de semana en su adolescencia, y también tendieron a dormir más tiempo.
Cuando los investigadores analizaron los escáneres cerebrales de la cohorte de adolescentes, descubrieron que los participantes que habían empezado a leer por placer a una edad temprana mostraban áreas y volúmenes cerebrales totales moderadamente mayores, incluyendo en particular regiones cerebrales que desempeñan papeles críticos en las funciones cognitivas.
Otras regiones cerebrales que presentaban diferencias en este grupo eran las que anteriormente se había demostrado que estaban relacionadas con la mejora de la salud mental, el comportamiento y la atención.
EN CATALUNYA CRECE EL HÁBITO DE LEER
Sin embargo, lo que es interesante para ver si las conclusiones de estudios como estos se refleja en la sociedad es mirar datos como los que muestra el último Barómetro de hábitos de lectura, publicado en febrero de este año.
Y la conclusión que arroja es que en Catalunya está creciendo. De hecho, creció 10 puntos respecto de la edición anterior, dejando claro, pero que la preferencia es por la lectura en castellano. De los catalanes encuestados, el 68,7% respondieron que leen en su tiempo libre, por el 59,3% que respondieron eso en 2012.
La franja de edad que más destaca es la de mujeres con edades comprendidas entre 14 y 24 años, con casi un 82% considerándose lectoras. En esa misma edad, sin embargo, la cantidad de los hombres es de un 67%.
En todos los segmentos de edad (se estudian por franjas de 10), las mujeres catalanas leen más que los hombres; donde hay más diferencia es en la franja de los 25 a 34, con casi un 75% de mujeres lectoras y poco más de un 53% en los hombres.
A medida que las edades crecen, la distancia entre géneros se estrecha y, en ningún caso entre los 35 y los mayores de 65 años supera el 10%.
Escribe tu comentario