La indefensión de los taxistas pone sobre la mesa la necesidad de llevar cámaras de seguridad en el interior

Los taxistas tienen prohibido llevar una cámara en el interior del vehículo, lo que se traduce en una clara situación de inseguridad

|
EuropaPress 5270641 portavoz elite taxi tito alvarez marcha lenta delegacion gobierno contra

 

EuropaPress 5270641 portavoz elite taxi tito alvarez marcha lenta delegacion gobierno contra
Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi / EuropaPress

Este pasado sábado tuvo lugar un hecho del todo desagradable en Barcelona, cuando un pasajero fue capturado por las cámaras masturbándose en la parte trasera de un taxi. La mujer que conducía el vehículo expulsó al hombre en cuanto vio lo que estaba haciendo, pero la cámara de seguridad captó el momento. 

 

Este episodio puso sobre la mesa la necesidad de tener cámaras de vídeovigilancia en el vehículo, ya que no es el único episodio nefasto del que se tiene constancia en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, el pasado 18 de enero cuatro ladrones golpearon y robaron al conductor en Poble-Sec.

 

 

El problema es que los taxistas tienen prohibido llevar una cámara en el interior del vehículo, lo que se traduce en una clara situación de inseguridad. Teóricamente, los taxistas no pueden llevar cámaras en el interior porque se rigen por el reglamento del Institut Metropolità del Taxi (Imet), pero Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi, afirma que la Agencia de Protección de Datos contempla esta posibilidad, lo que les ayudaría a estar más protegidos. 

 

"Si esta semana no hay una mesa d eseguridad y se ponen soluciones inmediatas al tema de las cámaras o de algún dispositivo de seguridad más actualizado, la vamos a liar", amenazaba Álvarez, y añadía de forma muy crítica: "Es una vergüenza que la gente se suba a un taxi y puede hacer lo que quiera con el taxista, con una impunidad bestial. ¿Qué es esto? Ya está bien". 

 

 

 

El hombre fue identificado por la policía y la denuncia ha sido admitida, pero eso no evita el problema de fondo. "No nos merececemos este desprecio y mucho menos nuestras familias tienen que estar en vilo cada vez que salimos a trabajar. Se acabó, último aviso: o se mueven y hacen algo o no se moverá nadie en esta ciudad", sentenciaba Tito. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA