Muere Marta Ferrusola a los 89 años por una neumonía

Marta Ferrusola, la esposa del expresidente de la Generalitat entre 1980 y 2003, Jordi Pujol, ha muerto a los 89 años de edad este lunes por la noche, según han explicado fuentes consultadas por Europa Press.

Así lo ha avanzado 'La Vanguardia', que ha recordado que Ferrusola sufría alzhéimer desde el 2018 y desde entonces se había retirado de la vida pública.

Ferrusola ha fallecido en su casa como consecuencia de una neumonía.

Marta Ferrusola

Marta Ferrusola Lladós, nacida el 22 de junio de 1934 en Barcelona, es conocida por su papel fundamental en la familia Pujol, que durante décadas influyó significativamente en la política y la sociedad catalana. Casada con Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalunya entre 1980 y 2003, Ferrusola fue una figura central y determinante en la vida política y personal de su esposo.

Ferrusola se caracterizó por su fuerte personalidad y carácter implacable. Fue una mujer profundamente devota y patriótica, lo que se reflejaba en su vida familiar y en su apoyo incondicional a las aspiraciones políticas de su marido. Supervisó personalmente la educación de sus siete hijos, inculcándoles valores cristianos y catalanistas, y jugó un papel crucial en las grandes decisiones familiares.

Su implicación en los asuntos económicos de la familia salió a la luz pública a través de un documento manuscrito revelado por EL MUNDO en 1995. En este documento, Ferrusola utilizaba un lenguaje cifrado, refiriéndose a sí misma como la "madre superiora de la Congregación" y solicitando mover fondos a la cuenta de su hijo mayor en Andorra. Esta revelación llevó a una intervención policial y a su inclusión en las investigaciones sobre el patrimonio oculto de la familia Pujol.

A pesar de su papel en la vida pública y los negocios, Ferrusola también se dedicó a la jardinería y fundó la empresa Hidroplant, que consiguió importantes contratos públicos, como la instalación del césped del Camp Nou. Su gestión empresarial reflejaba la confusión entre los negocios privados y la actividad pública de su esposo.

Desde 2018, Ferrusola padecía Alzheimer, lo que la mantuvo alejada de la vida pública y de las investigaciones judiciales por corrupción que afectaban a su familia. Sin embargo, su influencia en la saga Pujol y en la política catalana dejó una huella imborrable.

Su muerte marcó el fin de una era para la familia Pujol, dejando a su esposo, Jordi Pujol, enfrentando solo las repercusiones de su carrera y las decisiones familiares. La figura de Ferrusola, con su carácter indomable y su papel de matriarca, será recordada como una pieza clave en la historia reciente de Catalunya, simbolizando tanto el apoyo incondicional como la controversia que rodeó al clan Pujol.