Dos activistas antitaurinas interrumpen el discurso del Papa
Fueron desalojadas por la Guardia Suiza, sin oponer resistencia
La audiencia general del Papa Francisco del miércoles 7 de agosto fue boicoteada por dos mujeres, ambas activistas de la organización animalista PETA, que han protestado de este modo para pedir el fin de las corridas de toros.
La protesta de las dos activistas tuvo lugar en el pasillo el Aula Pablo VI del Vaticano, mientras una mujer leía un pasaje del Evangelio. Las activistas portaban unos carteles con el siguiente mensaje, en inglés e italiano: "Las corridas son pecado", así como camisetas blancas con el lema "Dejen de bendecir corridas".
En ese momento, fueron desalojadas por la Guardia Suiza, sin oponer resistencia, y salieron fuera del recinto. El Papa se encontraba en el Aula.
Según ha informado PETA en un comunicado, con esta acción quieren pedir al Pontífice "que corte los lazos de la Iglesia Católica con la tauromaquia y de una vez use su posición e influencia para defender a los toros y condenar esta despreciable práctica sangrienta".
"La Biblia nos pide mostrar compasión hacia todas las criaturas de Dios, sin embargo, los toros están siendo atormentados, apuñalados y asesinados frente a multitudes que se burlan, mientras los agresores son bendecidos por sacerdotes católicos", ha denunciado la vicepresidenta de PETA para el Reino Unido y Europa, Mimi Bekhechi.
"PETA hace un llamado a Su Santidad para que condene la cruel industria de las corridas de toros y rompa los lazos de la Iglesia con estos sangrientos y despiadados espectáculos", añade.
Según la organización animalista, cada año, decenas de miles de toros son asesinados en festivales taurinos alrededor del mundo, muchos de los cuales se celebran en honor a santos católicos. Además, recuerda que, durante estos eventos, se clavan banderillas al toro, "infligiéndole un dolor agudo cada vez que gira la cabeza", lo que le "debilita por la pérdida de sangre", hasta que "un matador intenta matar al animal clavándole una espada en los pulmones o, si eso falla, lo cual es común, cortándole la médula espinal con una daga".
Desde PETA recuerdan que el Papa Francisco escribió en su encíclica Laudato si que "cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es contrario a la dignidad humana"; que ya en el siglo XVI, el Papa Pío V prohibió las corridas de toros, las cuales describió como espectáculos "crueles" y propios "del demonio", y citan el Catecismo de la Iglesia Católica que declara que los humanos no deberían "hacer sufrir inútilmente a los animales".
PETA ya ha pedido en anteriores ocasiones al Papa Francisco que alce la voz en contra de la tauromaquia a través de cartas firmadas por sacerdotes, protestas, interrupciones y campañas publicitarias.
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