Revisión penitenciaria: intentarán que los presos peligrosos no trabajen en cocina

El sindicato del CSIF solicita una revisión de las políticas para que se repitan casos como el asesinato de Núria

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Cárcel de Wad Ras
Foto: EuropaPress

 

El brutal asesinato de Núria, una cocinera en la cárcel de Mas Enric el pasado marzo, a manos de un interno con quien compartía horas de trabajo en la cocina, ha abierto un profundo debate sobre la idoneidad de permitir que reclusos condenados por delitos de sangre trabajen en las cocinas de los centros penitenciarios. En estos espacios, los internos tienen acceso a cuchillos y otras herramientas potencialmente peligrosas, como la que acabó con la vida de Núria.

Tras el asesinato de Núria, el sindicato CSIF ha intensificado su presión sobre el nuevo Gobierno de Salvador Illa para que realice un "cambio en la política penitenciaria" y mejore las medidas de seguridad en las cárceles.

 

 

 

Revisión de protocolos de seguridad

 

El Departamento de Justicia, liderado por Ramón Espadaler, ha reaccionado ante la creciente preocupación. Según ha informado The Objective, el Departamento se ha puesto manos a la obra para abordar el problema y es por ello que tomarán una serie de medidas, como revisar el protocolo de actuación.

Sin embargo, el sindicato CSIF considera que estas medidas son insuficientes. Sin ir más lejos, han denunciado una situación similar a la de Lleida, ya que un condenado por asesinato había sido asignado a un puesto en la cocina del Centro Penitenciario de Ponent. Afortunadamente, no ha pasado nada, pero la voz de alarma ya ha sido activada. 

 

 

 

Un entorno de alto riesgo

 

En un comunicado, el CSIF denunció que se “puso en peligro” a otro trabajador y recordó que “el trabajo en la cocina es un entorno de alto riesgo”. Aunque admiten que "el riesgo cero no existe en las prisiones", recalcan que es "esencial aplicar medidas que reduzcan al mínimo las amenazas". Después del asesinato de Núria, se apartó a cinco presos de las cocinas de diferentes cárceles, pero algunos de ellos fueron reubicados con el tiempo, lo que ha provocado una fuerte crítica por parte del sindicato.

El Departamento de Justicia ha tomado nota de las demandas y ha anunciado un "proceso de revisión exhaustivo de todos los sistemas y criterios habituales" para asignar a los presos a trabajos en las cocinas y otros puestos de riesgo. El objetivo, según la Consejería, es “reforzar y extremar las medidas de seguridad”.

 

 

Críticas por la gestión penitenciaria

 

El sindicato CSIF también ha criticado duramente la gestión penitenciaria en Catalunya acusando al gobierno de priorizar "intereses empresariales" a través de la empresa pública CIRE (Centre d’Iniciatives per la Reinserció de la Generalitat) "sobre la seguridad y rehabilitación de los internos". En referencia al Centro Penitenciario de Ponent, el sindicato se preguntó: "¿Realmente no hay otros internos entre los 625 del Centro Penitenciario de Ponent que puedan ocupar estos puestos?".

CSIF sostiene que "la cocina de un centro penitenciario es, por su propia naturaleza, un lugar potencialmente peligroso" y aboga porque "los internos con antecedentes de violencia, delitos de sangre o patologías psiquiátricas no deberían tener acceso a este tipo de trabajos".

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