Así son las duras condiciones de la cárcel donde cumple condena Daniel Sancho

Las cárceles más duras del mundo presentan condiciones extremas para los reclusos, revelando un panorama alarmante en cuanto a la vida dentro de estos centros de detención. La prisión de Surat Thani en Tailandia, por ejemplo, destaca por su masificación extrema. Con alrededor de 5.400 reos, el hacinamiento es severo, llegando a alojar hasta 30 personas por celda sin colchón. 

La escasez de comida, la falta de higiene y la violencia son comunes en este lugar, que es conocido por su severidad. Además, el naturalista Frank Cuesta ha señalado el alto riesgo de suicidio entre los presos debido a estas duras condiciones. Daniel Sancho, tras su traslado desde la cárcel de Samui, se encuentra en esta prisión donde todos los reos cumplen condenas superiores a 25 años, en contraste con los 15 años como máximo en Samui.

La prisión de Bang Kwang, también en Tailandia, es conocida como "El Gran Tigre" y es famosa por sus condiciones inhóspitas. Los presos viven hacinados, sin aire acondicionado ni ventiladores, lo que contribuye a una alta transmisión de enfermedades, como conjuntivitis. La falta de información externa genera desesperación, especialmente entre los reclusos occidentales. La prisión alberga a una gran cantidad de extranjeros y su hacinamiento es aún más severo que en otras cárceles.

En Venezuela, El Helicoide es un ejemplo estremecedor de la brutalidad en los centros penitenciarios. Originalmente diseñado como un centro comercial, este lugar se ha transformado en un centro de torturas. Aquí, tanto criminales como presos políticos sufren torturas físicas y psicológicas severas, que incluyen violaciones grupales, descargas eléctricas y asfixias. La falta de acceso a llamadas y a la luz solar agrava aún más la situación de los reclusos.

La Colonia Penal IK-3 en Rusia, también conocida como Lobo Polar, se encuentra en el círculo polar ártico y es conocida por sus temperaturas extremas. Los inviernos pueden alcanzar los -25ºC a -30ºC, y los prisioneros son castigados dejándolos sin abrigo en la intemperie y mojándolos. En verano, deben enfrentar barro y enjambres de mosquitos, lo que hace que las condiciones sean igualmente duras durante todo el año.

En Estados Unidos, la prisión de Rikers Island en Nueva York alberga hasta 10.000 presos y ha sido objeto de numerosas denuncias por abusos y violencia. En 2022, se reportaron 19 muertes bajo custodia, y en 2023, el Departamento de Corrección de Nueva York dejó de comunicar las muertes, lo que generó aún más preocupación sobre las condiciones dentro de esta prisión.

Finalmente, la prisión de Gitarama en Ruanda está diseñada para albergar a 400 reclusos, pero en realidad acoge a más de 7.000. Con menos de un metro cuadrado de espacio por preso, las condiciones de vida son extremadamente precarias. La alta mortalidad se debe a enfermedades, falta de comida, asfixia y violencia entre los reclusos. La situación ha sido denunciada por organizaciones como Cruz Roja y Médicos sin Fronteras, mostrando la urgencia de abordar las graves deficiencias en el sistema penitenciario de la región.