La contaminación atmosférica tiene efectos "duraderos" en el cerebro infantil
Destaca el impacto de las partículas finas y los óxidos de nitrógeno
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, ha asociado la exposición a la contaminación atmosférica en el embarazo y la infancia con efectos "duraderos" en la sustancia blanca del cerebro, informa ISGlobal este miércoles en un comunicado.
La investigación, publicada en 'Environmental Research', ha concretado que la exposición a contaminantes como las partículas finas (PM2,5) y los óxidos de nitrógeno (NOx) provocan diferencias en la microestructura de la sustancia blanca del cerebro.
Los investigadores analizaron datos de más de 4.000 participantes que habían sido seguidos desde su nacimiento como parte del Estudio Generación R en Rotterdam y calcularon el nivel de exposición a 14 contaminantes atmosféricos durante el embarazo y la infancia teniendo en cuenta el lugar de residencia de las familias.
La investigadora de ISGlobal, Mònica Guxens, ha explicado que el seguimiento y dos evaluaciones de neuroimagen en algunos participantes les permitió "arrojar nueva luz sobre si los efectos de la contaminación atmosférica en la sustancia blanca persisten, se atenúan o empeoran".
Además, observaron los resultados de dos escáneres cerebrales de 1.314 niños y niñas, uno realizado a los 10 años y otro a los 14, para examinar los cambios en la microestructura de la materia blanca.
Los resultados indican que una mayor exposición a las PM2,5, PM10, y NOx durante el embarazo y la infancia están relacionados con niveles "más bajos" de una medida denominada anisotropía fraccional, que mide cómo se difunden las moléculas de agua dentro del cerebro.
Los investigadores detectaron que esta asociación persistió a lo largo de la adolescencia, hecho que sugiere un impacto a largo plazo de la contaminación en el desarrollo cerebral, y subrayan la "importancia de abordar la contaminación atmosférica como un problema de salud pública".
"Aunque el tamaño de los efectos sea pequeño, esto puede tener un impacto significativo a escala poblacional", ha afirmado Guxens, quien también ha recalcado que el estudio respalda la necesidad de unas directrices europeas más estrictas sobre la contaminación atmosférica.
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