Cristóbal Barea huye del plató de Espejo Público tras ser acorralado por vecinas que lo acusan de estafa

El administrador de fincas acusado de robar los ahorros de 400 comunidades explota en directo tras ser confrontado por sus presuntas víctimas

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Cristóbal Barea en Espejo Público
Cristóbal Barea en 'Espejo Público' - EP

 

Tenso y polémico fue el momento vivido este lunes en Espejo Público. Cristóbal Barea, administrador de fincas acusado de desviar los ahorros de hasta 400 comunidades de vecinos, protagonizó una entrevista que terminó en caos. "He solicitado venir a Antena 3 a dar cuentas de que existo y de que nadie me ha detenido", arrancaba Barea desde la redacción del programa, intentando defenderse de las acusaciones que pesan sobre él.

El tono de la entrevista se caldeó rápidamente, y en dos ocasiones Barea amenazó con abandonar tras sentirse interrumpido por el presentador Miquel Valls: “Si no me dejan acabar las frases no sigo”. El verdadero conflicto llegó cuando la presentadora Susanna Griso dio paso a dos vecinas presuntamente estafadas por Barea. Al escuchar la voz de una de ellas, el administrador se levantó indignado: "Esto no es lo pactado. Yo no entro en polémicas en plató", y, tras quitarse el micrófono, abandonó el set.

Griso no dudó en reaccionar: "¿Qué miedo tiene este señor a que las vecinas puedan dar su versión?". Las afectadas respondieron: "Le mandé un mail para pedirle que devolviera la documentación y no ha contestado", reveló una de ellas, mientras la otra añadió: "Le he llamado infinidad de veces y no me coge el teléfono".

Minutos después, Barea regresó brevemente, pero su regreso fue aún más explosivo. Cuando Griso le preguntó directamente dónde estaba el dinero de los vecinos, Barea se descontroló: "¿Qué dinero? ¿Me han dejado explicar que las comunidades me deben 1,8 millones de euros?". Las vecinas no tardaron en replicar: "¡Nosotras no le debemos nada!". Este intercambio desató la ira de Barea, que lanzó su pinganillo al suelo y abandonó el programa definitivamente, exclamando: "¡Hostia, puñeta!".

Miquel Valls intentó suavizar la situación afirmando que Barea había pedido no entrar en confrontaciones. Sin embargo, la tensión ya había estallado, dejando una imagen difícil de olvidar para los espectadores del programa.

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