Estas son las zonas de Catalunya que podrían inundarse a causa del cambio climático

Las lluvias se presentan como un elemento cada vez más tenebroso. Ya casi no existen las precipitaciones moderadas, sino que la lluvia descarga de tal forma que acaba arrasando con todo lo que hay a su paso. Con estos temporales, las escenas románticas de película en la que los protagonistas se besan bajo la lluvia pasan a ser prácticamente una quimera, porque con la fuerza del agua acabarían arrastrados por toda la calle. 

El problema de estos temporales es que las infraestructuras del país no están todavía lo suficientemente preparadas para soportarlos. Sin ir más lejos, con la DANA que afecta estos días a la Comunitat Valenciana (o la que pasó por Madrid y Toledo el año pasado), acabaron dejando muertos, desapariciones y daños materiales complicados de cuantificar. 

Ante este catastrófico escenario, los investigadores trabajan para minimizar los riesgos y las consecuencias de estas precipitaciones. Sin ir más lejos, el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables, elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, permite que los ciudadanos localicen las zonas en las que más riesgo de inundación existe, ya sea por medio fluvial o marítimo. 

También hay una serie de planes de Gestión del Riesgo de Inundación, cuyas actuaciones están fijadas hasta el 2027. El problema es que el cambio climático está forzando mejoras que están superando cualquier previsión que hubiera hasta el momento. 

El Ministerio publicó un vídeo en el que da luz a la pregunta de cómo abordar los riesgos de inundación en el siglo XXI, y algunas de las claves que aporta son que es necesario recuperar el "espacio para los ríos, mejorando su estado ecológico y disminuyendo el riesgo de inundación en las poblaciones y zonas industriales". 

El afán por construir y crear cada vez ciudades más grandes ha provocado que se hayan ocupado zonas potencialmente inundables y las infraestructuras pensadas para evacuar el agua de la lluvia se acogen a los parámetros de hace décadas. ¿El problema? Que hace décadas, la lluvia era más regular y no destrozaba ciudades, tal y como sucede ahora.  

Ante este panorama hace falta buscar soluciones, pero la adecuación de todas las infraestructuras es excesivamente costosa, por lo que no queda más que priorizar aquellas que sufren de forma más común este tipo de problemas. Sin embargo, el cambio climático hace temblar cualquier tipo de predicción o certeza. 

La situación de Catalunya

Cuando llueve de forma torrencial en las ciudades, el sistema de alcantarillado muchas veces no consigue absorber toda el agua. Este problema no es porque sea un sistema deficiente, sino porque estamos inmersos en un cambio climático que ha provocado que las infraestructuras actuales no sean suficientes. Sin ir más lejos, Barcelona ya tuvo que preparar su red de alcantarillado en 2020 para el aumento de lluvias torrenciales, dado que es un problema cada vez más frecuente. 

Más allá de estos problemas en las ciudades, también hay que tener en cuenta que las ciudades más cercanas a los ríos y al mar pueden estar más en peligro. En Catalunya hay 367 tramos fluviales que conforman el conjunto de masas de agua de la categoría de ríos. De todos ellos, 248 pertenecen a las cuencas internas y 119 a las cuencas catalanas del Ebro, la Garona y la Cenia.

El país necesita lluvia debido a la sequía en la que se encuentra inmersa (algo que está ocurriendo en estos días, en que los embalses de las cuencas internas están cerca del 30% de capacidad), pero no llueve tanto como sería necesario. Conseguir que las lluvias torrenciales descargaran tan solo en las cuencas sería ideal, pero también una quimera, porque es algo que no puede controlarse. 

La herramienta del Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables permite descubrir cuáles son las zonas más vulnerables. Ante el riesgo fluvial, las zonas que más están en riesgo son las que están señalizadas en rojo.