Suben a 155 los fallecidos por la DANA mientras continuan las labores de rescate

La DANA deja una catástrofe sin precedentes en España, con miles de personas aisladas, infraestructuras devastadas y un despliegue de más de 1.200 efectivos para socorrer las zonas más afectadas

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Un furgón de la funeraria sale de un garaje con cadáveres localizados tras el paso de la DANA - EP

 

Un día después del paso de la DANA, continúan las labores de rescate y búsqueda de desaparecidos en España, con decenas de personas aún sin localizar y un saldo trágico de al menos 155 fallecidos. El temporal, que ha causado una de las catástrofes atmosféricas más graves en más de medio siglo, ha dejado una estela de destrucción: miles de vehículos destrozados, carreteras cortadas y poblaciones aisladas por el agua, el barro y los deslizamientos de tierra.

Las zonas más afectadas se encuentran en la Comunidad Valenciana y en Castilla-La Mancha, donde el Gobierno ha desplegado a más de 1.200 efectivos del Ministerio de Defensa, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y las Fuerzas Armadas Españolas. El objetivo es reforzar las labores de rescate y limpieza en áreas inundadas, despejar caminos y garantizar el acceso a las zonas incomunicadas.

Efectos de la DANA: comunidades sin servicios básicos

La magnitud del desastre ha dejado a muchos municipios sin agua potable y a más de 75.000 personas sin suministro eléctrico, especialmente en la provincia de Valencia, donde el temporal dañó gravemente la infraestructura de suministro. Ante el estado de emergencia, las autoridades han pedido a la población extremar precauciones y minimizar desplazamientos en las zonas de riesgo.

En Cataluña, la Generalitat envió una alerta a los dispositivos móviles, instando a los ciudadanos de Baix Ebre, Montsià, Terra Alta y la Ribera d'Ebre a restringir sus movimientos y mantenerse en lugares seguros.

La catástrofe más trágica en 50 años

La devastación de la DANA es la mayor registrada en España en más de cinco décadas. No se veía una tragedia similar desde octubre de 1973, cuando lluvias torrenciales en Murcia y Andalucía se cobraron la vida de 300 personas. Con las imágenes de destrucción aún latentes, España se enfrenta a una emergencia climática sin precedentes, recordando la urgencia de reforzar la infraestructura y preparación frente a eventos atmosféricos extremos.

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