De las riadas del Vallés a la DANA en Valencia: los desastres naturales que marcaron a España

El actual desastre en el Mediterráneo ya se ha cobrado la vida de 202 personas

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Decenas de coches amontonados, a 31 de octubre de 2024, en Sedaví, Valencia | Europa Press

 

El reciente desastre en Valencia, Andalucía y Castilla-La Mancha, donde la DANA ha dejado ya 202 fallecidos, es uno de los episodios de lluvias torrenciales más letales de los últimos tiempos en España. Aunque es un evento trágico en términos de vidas perdidas y daños materiales, no es el primer desastre natural de gran magnitud en el país, y una comparación con otros desastres de la historia permite poner en contexto su gravedad y alcance. A continuación, se destacan algunos de los desastres naturales más significativos de la historia reciente de España.

Uno de los desastres naturales más graves fue el terremoto y tsunami de 1755, conocido como el terremoto de Lisboa, cuyo epicentro fue en Portugal pero cuyas consecuencias se sintieron en la costa suroeste de España, especialmente en Cádiz y Huelva. En España, aproximadamente 1,300 personas perdieron la vida. Este evento dejó una profunda marca en las poblaciones costeras y resaltó la vulnerabilidad de la península ibérica a los tsunamis de gran magnitud.

Otro episodio de inundaciones de gran impacto ocurrió en 1962 en Cataluña, conocido como las riadas del Vallés. Las fuertes lluvias que se desataron en esta región, afectando principalmente a las localidades de Terrassa, Sabadell y Rubí, provocaron el desbordamiento de ríos y dejaron aproximadamente 800 muertos. Este evento fue uno de los desastres más devastadores de la posguerra y mostró la necesidad de infraestructuras mejor preparadas frente a eventos de precipitaciones extremas.

En 1982, Valencia experimentó una de sus mayores tragedias naturales con la riada de Tous. En aquella ocasión, lluvias torrenciales provocaron la rotura de la presa de Tous, desatando una inundación que arrasó gran parte del valle del Júcar. El desastre dejó a su paso unas 30 muertes y provocó grandes pérdidas materiales. Esta inundación fue un momento clave para las políticas de gestión hidráulica en España, impulsando mejoras en los embalses y en los sistemas de alerta temprana.

Más recientemente, en 1996, ocurrió otra tragedia significativa en la región de Aragón, en el noreste de España. Las inundaciones de Biescas afectaron a un camping en Huesca, donde, debido a una tormenta repentina, un río se desbordó y arrasó el área de acampada, causando la muerte de 87 personas. Este evento marcó a la comunidad aragonesa y subrayó los riesgos de la actividad humana en áreas vulnerables a fenómenos climáticos extremos.

En comparación con estos eventos, el desastre actual de la DANA, con 202 muertos registrados, representa uno de los episodios más mortales en la historia reciente de España. Aunque no alcanza la magnitud de las riadas del Vallés o el terremoto de Lisboa, se sitúa entre los episodios climáticos más graves de las últimas décadas y ha resaltado nuevamente la necesidad de sistemas de prevención y respuesta adecuados frente a fenómenos meteorológicos que, cada vez más, parecen cobrar mayor frecuencia e intensidad.

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