VÍDEO: El río Foix vuelve a tener agua después de años de sequía
Según datos de la Agència Catalana de l’Aigua, el embalse de Foix, con una capacidad de 3,74 hectómetros cúbicos, se encuentra actualmente al 102,941%, acumulando 3,852 hm³ de agua
Las lluvias recientes han cambiado el panorama de los embalses en Catalunya, hasta el punto de que, por ejemplo, en las cuencas internas ya roza el 33%. El Pantano de Foix, en la comarca del Penedès, es uno de los más beneficiados de este crecimiento, y es que ha superado su capacidad de almacenamiento tras años de sequía extrema.
Según datos de la Agència Catalana de l’Aigua, el embalse de Foix, con una capacidad de 3,74 hectómetros cúbicos, se encuentra actualmente al 102,941%, acumulando 3,852 hm³ de agua. Este exceso ha provocado el desbordamiento de su cauce, con una velocidad de flujo de 14,567 m³/s, lo que incluso genera preocupación en la población de Cubelles, donde el río Foix pasa cerca del núcleo urbano. De hecho, el Ayuntamiento ha advertido a los ciudadanos sobre el riesgo de inundaciones y ha pedido extremar la precaución.
Sin embargo, los vecinos agradecen ver que el agua corra por el río Foix, tal y como ha afirmado Gori Masip, geógrafo de la Universidad de Barcelona y miembro del equipo de méteo en el TV3. "Ver correr el río Foix a la altura de Cubelles tiene mérito. Se ha convertido en una imagen poco habitual en los últimos años. Los diversos episodios de desbordamiento del pantano con las últimas lluvias lo han hecho posible", afirma.
El río Foix, que nace en la Serra de Ancosa, en el término municipal de la Llacuna (Anoia), recorre la Cordillera Prelitoral y recibe pequeños afluentes, como las rieras de Pontons, Vilobí y Marmellar. En su inicio, forma las Dous, un conjunto de 35 fuentes y áreas de recreo en el municipio de Torrelles de Foix (Alt Penedès), que se tornan especialmente pintorescas en épocas de lluvia debido a los saltos de agua que se generan.
El Pantano de Foix, inaugurado en 1928, fue una respuesta a la crisis agraria en el Penedès tras la devastadora plaga de filoxera a finales del siglo XIX, con el objetivo de asegurar el suministro de agua para riego en la región. Sin embargo, este embalse presenta una limitación significativa: debido a los sedimentos acumulados en el fondo, su compuerta no puede ser levantada, lo que complica la regulación del caudal en situaciones de abundantes precipitaciones como las actuales.
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