Las consecuencias psicológicas para las personas que ayudan en la zona castigada por la DANA
Estrés y ansiedad son dos patologías que pueden sufrir los voluntarios
Los voluntarios desplazados a las zonas afectadas coinciden en lo impactante que es ver el desastre de primera mano. La experiencia, aunque gratificante para muchos, también resulta traumática. Los psicólogos están detectando casos de estrés, shock y ansiedad en quienes acuden a las localidades que necesitan urgentemente ayuda humana y maquinaria pesada para continuar con las labores de limpieza.
Es necesario prestarles atención diaria durante y después de su voluntariado, para ayudarles a gestionar el estrés adaptativo que probablemente estén experimentando.
En cuanto al personal de emergencia, deben contar con una preparación y un entrenamiento psicológico específicos para reducir el riesgo de secuelas. Aun así, enfrentan situaciones de estrés intensas.
El ambiente en las zonas afectadas
En los municipios golpeados por la DANA, las calles aún reflejan la magnitud de la catástrofe, convertidas en un paisaje de barro, escombros y objetos personales arrastrados por las aguas.
El olor a humedad y lodo impregna el aire, como describen los voluntarios en el lugar, y las fachadas de las casas muestran las marcas de barro que indican el nivel que alcanzaron las aguas. Las aceras están cubiertas de basura y enseres domésticos, un recordatorio de vidas interrumpidas.
La población oscila entre el agotamiento y la esperanza. Voluntarios y residentes han unido esfuerzos para limpiar y rescatar lo que puedan, aunque el proceso es lento y agotador. Algunos vecinos permanecen fuera de sus hogares, ya demolidos o inhabitables. En el ambiente se percibe una mezcla de solidaridad y tristeza.
Un plan de salud mental
El pasado lunes 11 se anunció la puesta en marcha de un plan de intervención en salud mental para atender a las personas afectadas por la catástrofe, impulsado por el Ministerio de Sanidad y compuesto por 14 equipos multidisciplinares especializados.
Estos equipos ofrecerán apoyo psicológico directo y trabajarán en la prevención de problemas mentales, además de identificar de manera temprana a quienes puedan tener riesgo de desarrollar trastornos graves.
La intervención se organizará en dos niveles: uno comunitario y otro especializado. El nivel comunitario se enfocará en la prevención y promoción del bienestar mediante actividades informativas, talleres y programas de apoyo psicosocial para detectar posibles problemas de manera oportuna.
En el nivel especializado, se atenderán los casos más complejos, como aquellos que presentan síntomas de Trastorno de Estrés Postraumático. Estos pacientes serán derivados a la red de salud mental de la Comunidad Valenciana, donde recibirán atención profesional en el mediano y largo plazo.
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