La residencia de Gerard Piqué en Bolvir, Cerdanya, ha sido blanco de una acción vandálica reivindicativa llevada a cabo por el colectivo Arran. En un video publicado en sus redes sociales, un encapuchado realiza pintadas en la puerta de la casa del exfutbolista con mensajes como “Fuera pijos” y el nombre del grupo en una pared de piedra. Según explican, su acción busca denunciar “el monocultivo turístico que asfixia el Pirineo”.
En el mensaje compartido en Instagram, Arran critica duramente a “los pijos, rentistas y especuladores” que, según ellos, “expulsan a los jóvenes de sus pueblos y condenan a las clases populares a trabajos precarios”. Además, mostraron imágenes del jardín de la propiedad de Piqué como ejemplo de “lo que las jóvenes del Pirineo nunca podrán permitirse”.
El colectivo contextualiza su protesta asegurando que “el 64% de las viviendas en la Cerdanya son segundas y terceras residencias, abiertas de media solo 14 días al año”. También critican a “los pijos de Barcelona” que utilizan el territorio “como decorado para su postureo en Instagram” y lo acusan de contribuir a la especulación y la precariedad laboral en la región.
Este acto se suma a las acciones recientes de otros colectivos como Pirineu Viu, que este fin de semana bloquearon la carretera C-16 en Berga. Ambos grupos denuncian el impacto del turismo residencial en una comarca que quintuplica su población en temporada alta, generando problemas de acceso a la vivienda y empleos temporales con salarios bajos.
Las tensiones entre residentes y turismo de lujo parecen estar escalando en la Cerdanya, reflejando una creciente indignación ante la falta de políticas que frenen la masificación y sus consecuencias en la economía y la vida cotidiana de la región.
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