Campesinos de la Catalunya del Norte retiran las señales en protesta por la crisis agrícola
El objetivo es visibilizar la grave crisis agrícola que afecta a viñadores, fruticultores y ganaderos debido a años de sequía y la reciente propagación de la lengua azul, una enfermedad que afecta al ganado
En la Catalunya del Norte, desde principios de octubre, muchos pueblos se han quedado sin sus señales de entrada y salida. Según ha informado 3Cat, la noche del 1 al 2 de octubre, miembros de los sindicatos campesinos FDSEA 66 y JA llevaron a cabo una acción coordinada para retirar estos paneles en todo el territorio, en lo que llamaron "No sabemos a dónde vamos". Esta protesta sucede a la de hace un año, cuando invirtieron las señales como medida simbólica.
El objetivo es visibilizar la grave crisis agrícola que afecta a viñadores, fruticultores y ganaderos debido a años de sequía y la reciente propagación de la lengua azul, una enfermedad que afecta al ganado.
Dos semanas después, la ministra de Agricultura francesa, Annie Genevard, visitó la región para dialogar con los campesinos, pero no ofreció soluciones concretas.
Ante la falta de respuestas, los sindicatos solicitaron una reunión con el prefecto, representante del gobierno en la región, y acudieron el 26 de noviembre con los cientos de señales retiradas, cuyo coste total asciende a 400.000 euros.
Tras el encuentro, los campesinos manifestaron su descontento con las respuestas del gobierno. "Nos escuchan, pero poco avanza", lamentó Gerard Majoral, presidente de la comisión de fruticultores de FDSEA 66. Según Majoral, el agua sigue siendo la principal preocupación local, pero hasta ahora solo se han anunciado nuevos estudios, algo que calificó como insuficiente.
Como acto final de protesta, los agricultores arrojaron las señales al riachuelo Bassa, en Perpiñán, simbolizando su frustración. "Nos sentimos como ratas de laboratorio", denunciaron, dejando claro que continuarán luchando por medidas efectivas para enfrentar la crisis que amenaza sus medios de vida.
Mientras tanto, permanece la incógnita de quién se hará cargo de reinstalar las señales en los pueblos afectados.
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