El pasado oculto de Grison en 'El Hormiguero'
En aquella ocasión, Grison mostró sus habilidades frente al micrófono
Marcos Martínez, conocido como Grison, es mucho más que el encargado de poner banda sonora a La Revuelta. Aunque su papel en el programa de David Broncano le ha dado fama, pocos saben que el beatboxer ya tenía un historial televisivo sorprendente antes de llegar al teatro Gran Vía de Madrid. Entre sus apariciones más destacadas figura su paso por El Hormiguero, donde compartió escenario con Pablo Motos y el actor internacional Steve Carell hace más de una década.
En aquella ocasión, Grison mostró sus habilidades frente al micrófono, se ganó al público con su simpatía y hasta dio una pequeña clase de beatbox al protagonista de The Office. Sin embargo, el recuerdo de ese momento ahora choca con la creciente rivalidad entre los equipos de El Hormiguero y La Revuelta, que se ha convertido en una auténtica guerra abierta en la televisión española.
La guerra entre Broncano y Motos: acusaciones cruzadas y un invitado boicoteado
El enfrentamiento escaló recientemente cuando Broncano denunció en directo que invitados de su programa estaban recibiendo presiones para no asistir. El caso más sonado fue el del campeón de MotoGP Jorge Martín, quien habría cancelado su aparición en La Revuelta para acudir a El Hormiguero.
"Esto lleva pasando años", afirmó Broncano. "Siempre ha habido mucho juego sucio por parte de ellos, incluso cuando estábamos en La Resistencia. Lo que nos pasó hoy es la gota que colma el vaso".
Pablo Motos, por su parte, negó las acusaciones y las calificó como un intento de desviar la atención. “Es nuestra forma de trabajar, siempre buscando lo mejor para nuestra audiencia. Pero ellos politizan todo y hacen espectáculo en lugar de afrontar las cosas con honestidad”, respondió el presentador.
Grison, quien podría estar atrapado entre los recuerdos de su pasado en El Hormiguero y su lealtad a Broncano, no se ha pronunciado sobre la polémica. Pero su trayectoria, desde sus días de actuaciones de beatbox por toda España hasta ser el alma musical de La Revuelta, es un recordatorio de cómo la televisión también puede ser escenario de conflictos entre bambalinas.
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