Del 'Puigdemont a prisión' a buscar su apoyo: el giro inesperado de PP y Vox en apenas un año
De las protestas contra la amnistía a pactos y mociones de censura con Junts: así ha cambiado el tablero político en España
Hace poco más de un año, el grito de "Puigdemont a prisión" resonaba con fuerza en las manifestaciones convocadas por el Partido Popular (PP) y Vox. Miles de personas tomaron las calles de ciudades como Madrid y Barcelona para mostrar su rechazo frontal a la Ley de Amnistía, una medida impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez que beneficiaría al expresident Carles Puigdemont y a otros líderes independentistas. Pero ahora el escenario político ha dado un giro sorprendente: PP y Vox ya no descartan contar con el apoyo de Junts para sus propias estrategias parlamentarias.
Del rechazo absoluto a la colaboración pragmática
En 2023, con la aprobación de la Ley de Amnistía, las protestas de PP y Vox llegaron a su punto álgido. En la calle Ferraz de Madrid, miles de manifestantes clamaron contra las “cesiones” del Gobierno al independentismo. A su vez, Vox, a través del movimiento juvenil Revuelta, organizó protestas en las sedes del PSOE de toda España, mientras que el PP respaldaba concentraciones como la de la Plaza de Colón. Los mensajes eran claros: "España no se vende" y "traidor" eran algunos de los cánticos más repetidos.
Sin embargo, en diciembre de 2024, la situación ha cambiado drásticamente. El PP ha impulsado acuerdos en el Congreso con Junts para aprobar medidas económicas clave, como la suspensión del impuesto sobre el valor de la producción eléctrica, un pacto que también contó con el apoyo de Vox y otros partidos como ERC y PNV. Aunque Génova insiste en que no hay un pacto formal con Junts, el acercamiento no ha pasado desapercibido.
Por su parte, Vox ha ido aún más lejos, abriéndose a la posibilidad de apoyar una moción de censura contra Pedro Sánchez con los votos de Junts. Ignacio Garriga, secretario general de Vox, aseguró que respaldarían la iniciativa siempre que se cumplan dos condiciones: "no dar ni una concesión al separatismo" y convocar elecciones inmediatas.
La aritmética parlamentaria y la influencia de Junts
El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Miguel Tellado, reconoció que existen “motivos de sobra” para presentar una moción de censura, aunque señaló que no existe la “aritmética necesaria” en las Cortes Generales para que prospere. Aun así, los siete diputados de Junts se han convertido en una pieza clave en la política española, capaces de inclinar la balanza en favor de PP o PSOE.
Esta nueva realidad ha forzado a PP y Vox a recalibrar su discurso. Si bien ambos partidos continúan criticando las "cesiones" de Sánchez al independentismo, han comenzado a coincidir con Junts en votaciones estratégicas. El pacto sobre el impuesto eléctrico, por ejemplo, ha supuesto un ahorro estimado de 1.100 millones de euros para familias y empresas, lo que PP y Vox han defendido como una medida en beneficio del conjunto de los ciudadanos.
¿Pragmatismo o contradicción?
El Gobierno de Pedro Sánchez, consciente de las implicaciones de este acercamiento, ha intentado bloquear las medidas impulsadas por PP y Junts en el Congreso, argumentando una pérdida de ingresos para el Estado. No obstante, el acuerdo ha salido adelante, generando un nuevo debate sobre la relación entre el PP y el partido de Carles Puigdemont.
Mientras el Gobierno acusa al PP de “contradicción” y de "blanquear" a los independentistas con los que hasta hace un año no querían ni sentarse, desde el PP y Vox justifican su postura como una cuestión de pragmatismo político. “No hay concesiones al separatismo. Se trata de medidas que benefician a los españoles”, argumentan fuentes de Vox.
Un giro que podría tener consecuencias
La política española sigue marcada por la fragilidad parlamentaria y la necesidad de tejer alianzas, aunque sean temporales. El giro del "Puigdemont a prisión" a la búsqueda de acuerdos con Junts ha reconfigurado el tablero político y ha abierto la puerta a futuros movimientos inesperados.
La situación actual plantea varias preguntas: ¿es este el inicio de una colaboración más amplia entre el PP y Junts? ¿Se trata solo de coincidencias puntuales? Lo que es evidente es que, en apenas un año, el discurso de las calles ha dado paso a un pragmatismo político en las instituciones que parecía impensable en noviembre de 2023.
La evolución de las relaciones entre los partidos marcará sin duda los próximos meses, especialmente con el papel decisivo que Junts sigue jugando en el Congreso. Mientras tanto, el lema "Puigdemont a prisión" parece haber quedado en un segundo plano, sustituido por una nueva aritmética parlamentaria.
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