Nuevo escándalo de acoso sexual: 27 mujeres señalan al director de cine Eduard Cortés

El director de cine Eduard Cortés ha vuelto a ser acusado de acoso sexual por 27 testimonios, recogidos por El País, después de que en octubre, la fotógrafa Silvia Grav fuera primera en alzar la voz contra él. 

Las entrevistadas, en su mayoría profesionales del sector, incluyen actrices como Norah Alexandra Vega, Sofía Barco y Nicole León, además de la artista visual Eva Fàbregas y la mencionada Silvia Grav. Según ellas, el cineasta aprovechaba su posición en la industria para ofrecerles trabajo en sus producciones a cambio de grabarse desnudas, masturbándose o realizando otras prácticas sexuales.

Las mujeres involucradas, cuyas edades oscilaban entre los veinte y treinta años en el momento de las conversaciones, exceptuando dos que eran menores de edad por aquel entonces, reportan un período de acoso que abarca desde 2007 hasta octubre de 2024. 

Grav, la primera en alzar la voz

Los testimonios comenzaron a aflorar después de que Grav denunciara el acoso por redes sociales. Cortés contactaba con ellas principalmente a través de Instagram, Facebook, Messenger y Fotolog. Aunque en ocasiones usaba pseudónimos, siempre acababa presentándose con su nombre real y, en algunos casos, adjuntaba enlaces a su trabajo en Vimeo, bajo el pretexto de buscar actrices para futuros proyectos. Solo tres de las entrevistadas acabaron trabajando con él.

Entre las veintisiete mujeres entrevistadas, al menos quince han iniciado trámites para denunciar lo sucedido, recibiendo asesoría jurídica y recopilando pruebas en el último mes. Las entrevistadas provienen de distintas ciudades, como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Cerdeña, Los Ángeles, Ciudad de México y Santiago de Chile.

Cortés, quien ha dirigido proyectos como Ni Una Más, una serie feminista sobre agresiones sexuales, o La Última, serie en la que apareció Aitana Ocaña, ha ofrecido su versión a El País. En una conversación telefónica, el cineasta respondió: “Lo único que puedo decir es que yo hice un proyecto que se llamaba Ingrid, que estaba vinculado a las redes sociales, y contacté con muchísima gente durante esa época”. 

Posteriormente, envió una declaración por correo electrónico, en la que aclaraba: “Las conversaciones en redes sociales se produjeron dentro de lo hipotético, buscando conexiones entre el modo de actuar del personaje y nuestra experiencia personal. Nunca eran propuestas explícitas".