El aviso de una psicóloga: "Lo que más quita la alegría en Navidad a los niños es..."
Isabel Rojas Estapé ha publicado el libro Me baila el corazón, sobre este momento del año
La psicóloga Isabel Rojas Estapé, autora de Me baila el corazón, el más reciente libro de su saga La Neurona Exploradora, subraya la importancia de recuperar la alegría en la vida cotidiana. En una entrevista, destaca que esta emoción es fundamental tanto para niños como para adultos, especialmente durante épocas como la Navidad, que invitan a conectar con el presente y valorar los pequeños detalles.
Rojas Estapé señala que vivimos en una sociedad que, en su mayoría, ha dejado de dar valor a la alegría, algo que afecta no solo a los niños, sino también a los adultos que, inmersos en el estrés y la ansiedad, pierden la capacidad de disfrutar del momento. “La ansiedad es el gran enemigo de la alegría”, explica, indicando que bloquea la capacidad de detectar las pequeñas cosas buenas del día a día y nos sumerge en un estado de preocupación constante.
Los niños, aunque más alegres por naturaleza, pueden sufrir el impacto de padres que viven bajo el “síndrome pluscuamperfecto” o la presión de querer hacerlo todo perfectamente. Este agotamiento, especialmente visible en las madres, proyecta un modelo de insatisfacción continua en los hijos, dificultando que puedan disfrutar plenamente de la vida. Según Rojas Estapé, esta dinámica convierte a los niños en “pequeños robots” con instrucciones constantes como “haz esto” o “no hagas aquello”, privándolos de libertad para explorar y disfrutar.
La psicóloga insiste en la importancia de actuar con consciencia, creando momentos de conexión auténtica con los hijos a través de lo que llama pequeñas locurillas: gestos simples como reírse por cosas tontas, pasear por un mercadillo navideño, o admirar las luces de Navidad. Estas acciones no requieren grandes esfuerzos, pero tienen un impacto significativo en fortalecer los lazos y cultivar la alegría.
Además, relaciona la alegría con la atención plena, una habilidad esencial para reconocer y valorar los pequeños detalles de la vida. “La alegría nos permite no solo sobrevivir, sino disfrutar de la vida”, afirma Rojas Estapé, y destaca que ser una persona vitamina (alguien que irradia positivismo y energía) es clave para construir relaciones significativas y vivir mejor.
En definitiva, su mensaje es claro: la alegría es un motor imprescindible para afrontar la vida, y su recuperación comienza con la capacidad de detectar y valorar lo positivo en el día a día. Padres y adultos tienen la responsabilidad de cultivar esta emoción, no solo para ellos mismos, sino también para inspirar a las generaciones más jóvenes.
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