Los siete mejores hallazgos arqueológicos de 2024, según National Geographic
Los descubrimientos abarcan desde tecnología de punta hasta hallazgos inesperados que reescriben capítulos de la historia humana
El año 2024 ha traído consigo hallazgos arqueológicos que ofrecen nuevas perspectivas sobre antiguas civilizaciones y su forma de vida. Según National Geographic, los descubrimientos abarcan desde tecnología de punta hasta hallazgos inesperados que reescriben capítulos de la historia humana.
La tecnología Lidar, que utiliza láser para mapear terrenos ocultos bajo densa vegetación, ha revelado estructuras impresionantes en diversas partes del mundo. En México, se descubrieron asentamientos mayas en Campeche que demuestran una compleja organización urbana. En Ecuador, bajo la selva amazónica, se identificaron paisajes con jardines, caminos y sistemas hidráulicos. En Tonga, se hallaron ruinas antiguas que amplían la comprensión de las civilizaciones del Pacífico, mientras que en Uzbekistán se localizaron dos ciudades medievales ocultas en la Ruta de la Seda, destacando su relevancia comercial en la historia.
Egipto sigue revelando tesoros ocultos. En el sur y en el delta del Nilo, arqueólogos descubrieron un total de 96 tumbas con artefactos como amuletos de oro, monedas y cerámica. Además, el hallazgo de un brazo perdido del Nilo sugiere que pudo haberse usado para transportar materiales en la construcción de las pirámides de Guiza.
En Jordania, excavaciones bajo Al-Khazneh, el icónico Tesoro de Petra, descubrieron 12 esqueletos. La mayoría de las tumbas nabateas no contienen restos humanos, por lo que este hallazgo es clave para entender mejor la civilización nabatea.
Un pergamino carbonizado por la erupción del Vesubio hace 2000 años ha sido parcialmente leído gracias a inteligencia artificial y escaneos con rayos X. El texto contiene reflexiones de la filosofía epicúrea, proporcionando un valioso vistazo al pensamiento de la época.
En Yanghai, cerca del desierto de Taklamakan, se descubrió una silla de montar de 2700 años de antigüedad, fabricada con cuero, paja y pelo de animal. Este artefacto muestra los avances en la equitación en Asia Central, cruciales para el desarrollo de las sociedades nómadas.
Una máscara de jade representando a un dios de la tormenta fue hallada en la tumba de un rey maya en Chochkitam (350 d.C.). En Chichén Itzá, los análisis genéticos de víctimas de sacrificios y depósitos de restos quemados han revelado detalles sobre los rituales religiosos mayas.
Nuevas investigaciones sobre el "altar" de Stonehenge identificaron su piedra de arenisca como proveniente de Escocia, a cientos de kilómetros. Colocada hace 4600 años, su traslado evidencia una hazaña logística y cultural impresionante.
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