¡Buenas noticias! Los embalses de Catalunya mejoran y cierran el 2024 con mejores cifras
Con los embalses al 33,7% de su capacidad, Catalunya se recupera parcialmente de la sequía.
Los embalses de las cuencas internas de Catalunya han cerrado el 2024 con una capacidad de almacenamiento de agua del 33,7%, una mejora significativa respecto al 17% de principios de 2023. Aunque los niveles son similares a los de 2022, cuando se encontraban al 31,3%, todavía están lejos del 60,8% registrado en 2021, lo que refleja el impacto continuo de la sequía en la región.
Según el informe de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), a finales de diciembre se registraron 234 hectómetros cúbicos de agua en estos embalses, un alivio frente a las preocupantes cifras del año anterior. Entre los embalses más críticos se encuentran el de Darnius-Boadella (17,8%) y el de Sau (16,5%), mientras que otros, como La Baells, están en mejores condiciones, con un 59,8% de su capacidad.
El profesor de Hidrología de la Universidad de Barcelona, Joaquim Farguell, destacó que la situación ha mejorado gracias a las lluvias inesperadas de la primavera, que tranquilizaron a los expertos y evitaron medidas extremas como el transporte de agua en barcos o el uso de desaladoras flotantes en el puerto de Barcelona. A pesar de este alivio, Farguell señala que no debemos bajar la guardia, ya que los niveles de los embalses siguen siendo insuficientes para asegurar el abastecimiento a largo plazo.
Además, el director de la ACA, Josep Lluís Armenter, advierte que, aunque la situación es mejor que el año pasado, los embalses continúan estando a un tercio de su capacidad, lo que no permite dar por solucionada la crisis hídrica.
Algunos municipios, como Riudecanyes y la Costa Brava Norte, continúan en situación de emergencia debido a los bajos niveles de sus embalses. En estos casos, se mantienen las restricciones de agua y se siguen buscando soluciones, como la construcción de una desaladora en la Costa Brava.
¿Qué se debe hacer? Según los expertos, es esencial repensar el modelo de consumo de agua en Catalunya. Farguell propone que, además de construir nuevas infraestructuras, se debe apostar por actividades agrícolas y turísticas que utilicen menos agua, adaptando el sistema de abastecimiento a las realidades del siglo XXI. Además, destaca la importancia de mantener el ahorro de agua como una prioridad en la gestión de los recursos hídricos.
La situación, aunque menos crítica que en el pasado, demuestra que Catalunya aún vive en una situación permanente de sequía, lo que implica que los esfuerzos para asegurar el agua del futuro deben ser constantes y de largo plazo.
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