Casi uno de cada cuatro catalanes ha nacido en el extranjero: una revolución demográfica imparable

Según el último informe del Idescat, a 1 de enero de 2024 la población de Catalunya alcanzó los 8.012.231 habitantes. Este panorama demográfico muestra cambios profundos, donde la diversidad se impone y el envejecimiento se hace cada vez más patente.

La fuerza de la inmigración

De los 8 millones de catalanes, solo el 62,2% nacieron en la región, mientras que un 14% proviene del resto de España. Lo más sorprendente es que el 23,8% de la población nació en el extranjero, reflejando una notable influencia migratoria. Además, en términos de nacionalidad, la población extranjera ha crecido un 6% en el último año, situándose ahora en torno al 18% del total.

Las cifras varían considerablemente según la comarca. En el Barcelonès se registra que el 32,2% de los habitantes son nacidos en el extranjero, mientras que en el Alt Empordà y la Segarra alcanzan el 30,8% y el 30,4% respectivamente. Incluso en municipios como Guissona, más de la mitad de la población (51,6%) es de origen extranjero. La comunidad marroquí destaca como la más numerosa, representando el 16,7% de los extranjeros, lo que evidencia la creciente diversidad cultural en la región.

El desafío del envejecimient

Paralelamente, Cataluña enfrenta un acelerado proceso de envejecimiento. La edad media de la población se sitúa en 43,54 años (42,17 para los hombres y 44,87 para las mujeres), lo que supone casi medio año más que en 2021. El colectivo de mayores de 65 años ha aumentado más del 20% desde 2011, llegando a representar casi uno de cada cinco catalanes. En algunas comarcas, como el Baix Penedès y el Vall d'Aran, el crecimiento de este grupo alcanza el 50%, subrayando la urgencia de adaptar políticas sociales y sanitarias a esta nueva realidad.

Retos y oportunidades para el futuro

La combinación de una inmigración en auge y un envejecimiento acelerado plantea retos importantes en términos de integración social, servicios de salud y planificación urbana. Mientras la diversidad creciente puede aportar dinamismo y nuevas perspectivas, también exige respuestas rápidas y adaptativas por parte de las administraciones.

El Idescat ofrece una batería de 12 indicadores demográficos, accesibles a través de mapas interactivos, que permiten analizar con detalle estos cambios en cada nivel territorial, desde provincias y comarcas hasta municipios y secciones censales. Estos recursos serán clave para trazar estrategias que garanticen la cohesión social y el bienestar de todos los catalanes en una era de transformación profunda.

En conclusión, la Cataluña de 2024 se define por dos grandes tendencias: la consolidación de una sociedad multicultural y el desafío del envejecimiento. Ambos fenómenos, lejos de ser opuestos, configuran una región que se reinventa y que deberá encontrar el equilibrio perfecto para afrontar el futuro.