El presidente del Consell de Gremis y del Gremi de Floristes de Catalunya, Joan Guillén, ha pedido este viernes apoyo al sector profesional de cara a Sant Jordi ante el intrusismo laboral y los particulares que venden sin licencia.
Lo ha dicho en una rueda de prensa del Consell que ha reunido al Gremi de Floristes, de Llibreters y de Flequers, así como a representantes de la Guàrdia Urbana de Barcelona (Gub), el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat.
Guillén ha apuntado que, de media, por Sant Jordi se venden entre 6 y 7 millones de rosas, de las cuales un 20-25% corresponden al sector profesional; de los 20 millones de euros que se generan, solo un tercio se puede reinvertir en el sector, por lo que ha pedido apoyo al sector ornamental.
El presidente del Gremi de Flequers de Barcelona, Jaume Bertran, se ha mostrado "sorprendido" por la cantidad de productores que se dedican a hacer pan de Sant Jordi que, ha recordado, es una marca registrada del Gremi.
Ha explicado que siempre han sido "permisivos" con esta realidad y que cualquiera que pida permiso para hacerlo lo obtendrá si lo desea, junto a las instrucciones de formulación, una formación para cocinarlo de forma correcta, aunque ha insistido en que se debería pedir autorización.
La GUB contra el intrusismo
El Intendente de la Guàrdia Urbana de Barcelona (Gub), Diego José Calero, ha explicado que para este año han contratado a dos empresas auxiliares de cara a la Diada --además de una tercera que realizará una auditoría a posteriori--, y que los agentes que queden liberados se dedicarán a perseguir el instrusismo laboral, principalmente en la zona profesional, situada en el paseo de Gràcia.
El 22 de abril, la Guàrdia Urbana ya tendrá movilizados a 60 agentes y 190 auxiliares, y para el día 23, Sant Jordi, a 180 agentes y 175 auxiliares; además, como novedad, este año se ha impulsado un plan de autoprotección como "garantía extra" ante las aglomeraciones en el centro de Barcelona, que se prevén de 1 millón de personas.
La superilla, "polo de atracción"
El presidente del Gremi de Lliberters de Catalunya, Eric del Arco, ha subrayado que Sant Jordi es una fiesta "popular y transversal", y ha defendido un concepto abierto de gremio que defienda tanto a los que son miembros como a todo aquel que haga el oficio.
Además, aunque ha celebrado que La Rambla de Barcelona se mantenga como espacio de venta durante la Diada, ha afirmado que la Superilla literaria del paseo de Gràcia es un "polo de atracción" que no resta capacidad al resto y cree que es positivo que se mantenga.
Además de la Superilla, donde se concentran los espacios gremiales y profesionales, la Diada contará también con espacios reservados delante de las librerías y las floristerías, y con otros de tipología "general", con permisos puntuales, que ocupan entidades, asociaciones y similares, según ha contado la concejal de Comercio, Mercados, Restauración y Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona, Raquel Gil.
Gil ha explicado que en Barcelona habrá, en total, más de 6000 puntos de venta, de los cuales 400 corresponden a espacios profesionales --350 librerías y 50 floristerías, aproximadamente--, y que a fecha de este viernes se han otorgado 5700 licencias, un aumento del 13% respecto al año anterior.
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