Denuncian un caso de negligencia médica después de que un médico 'decapitara' a un bebé en el parto
El personal médico no denunció el incidente y se enteraron de lo que había sucedido con su bebé cuatro días después de su muerte, cuando ya estaban preparando el crematorio
La Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton ha confirmado que la muerte de un bebé 'decapitado' en un hospital ha sido considerada como un homicidio.
Jessica Ross, de 20 años, se puso de parto el 9 de julio en el Centro Médico Regional Sur. Según una demanda presentada por la familia, el parto se complicó y el cuerpo del bebé quedó atascado durante 10 horas.
La demanda prosigue diciendo que los médicos "tiraron de la cabeza y el cuello del bebé con tanta fuerza que los huesos se rompieron".
Ante esta trágica situación, la familia denunció a la doctora que 'mató' al bebé, a las enfermeras y médicos involucrados en el parto y al hospital. La demanda especifica que se cometió negligencia médica y eso provocó la muerte del bebé.
La demanda también alega que el hospital intentó encubrir el episodio, llegando incluso a envolver el cuerpo del bebé en una manta y levantando su cabeza para que pareciera que todavía estaba adherida. Según los padres, el personal médico no denunció el incidente y se enteraron de lo que había sucedido con su bebé cuatro días después de su muerte, cuando ya estaban preparando el crematorio.
Según el informe del médico forense, la muerte del bebé se produjo por la "fractura-dislocación" de la columna cervical superior y la médula espinal.
Por contra, el Centro Médico Regional Sur emitió un comunicado diciendo que "esta desafortunada muerte infantil ocurrió en el útero antes del parto", y agregan que la médico en cuestión no es "ni nunca ha sido" empleada del hospital.
La oficina del médico forense y la policía del condado de Clayton están investigando el caso, del que tuvieron conocimiento el 13 de julio. La autopsia confirmó que el caso será considerado como un "homicidio".
La demanda alega que tampoco se realizó cesárea en el momento adecuado, tal y como la pareja había pedido, y se especifica que fue una negligencia grave. Ahora piden una indemnización por daños y perjuicios, además de cubrir el coste del funeral del bebé, valorado en 10.000 dólares.
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