Encuentran el cuerpo de un niño que cayó por un acantilado de 200 metros
Durante una visita a este popular sitio turístico en la costa oeste de Irlanda, el niño se separó de su familia, lo que desató un masivo operativo de búsqueda y rescate
Irlanda vivió un trágico suceso el pasado martes cuando un niño de 12 años, que estaba de vacaciones con su familia, cayó de los famosos acantilados de Moher, un espectáculo natural que superan los 200 metros de altitud. Durante una visita a este popular sitio turístico en la costa oeste de Irlanda, el niño se separó de su familia, lo que desató un masivo operativo de búsqueda y rescate.
La guardia costera irlandesa, con el apoyo de la policía, lideró una gran búsqueda utilizando tecnología avanzada y personal especializado. Desplegaron drones para rastrear la costa rocosa, donde las peligrosas olas chocan violentamente contra la base de los acantilados, que se extienden a lo largo de aproximadamente 14 kilómetros. También se utilizaron un helicóptero y un bote salvavidas en la operación de rescate.
Las condiciones climáticas adversas, incluidas fuertes lluvias y vientos, obligaron a suspender los esfuerzos de búsqueda en varias ocasiones durante la semana. Sin embargo, el operativo finalmente concluyó cuando un barco pesquero encontró el cuerpo del niño alrededor de las 10:00 h. de este domingo en la bahía de Galway, a unos 3 kilómetros al noroeste de Dublin.
El cuerpo del niño fue trasladado al Hospital Universitario de Limerick, donde se llevará a cabo la identificación formal y una autopsia. Un portavoz de la Garda dejó las siguientes declaraciones: "Tras la recuperación de un cuerpo esta mañana, domingo 28 de julio, se ha suspendido una operación de búsqueda costera de un niño desaparecido en las cercanías de los acantilados de Moher, Co Clare, desde el martes por la tarde, 23 de julio de 2024. Ahora se preparará un expediente para el forense".
Un lugar de belleza y peligro
Los acantilados de Moher, que alcanzan una altura de hasta 213 metros en su punto más alto, son una de las atracciones turísticas más emblemáticas de Irlanda. Sin embargo, también son considerados uno de los lugares naturales más peligrosos del mundo, con un promedio de nueve muertes al año.
En mayo pasado, una joven de unos 20 años murió tras caer de un acantilado. Era una estudiante belga que se encontraba en Escocia. En 2019, un hombre de la misma edad falleció tras resbalarse mientras se tomaba una selfie en la cima de los acantilados.
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