La terrorífica prisión que espera a Daniel Sancho tras su condena a cadena perpetua en Tailandia

Aunque la defensa de Sancho ha anunciado que recurrirá la sentencia, el futuro del nieto de Sancho Gracia se torna sombrío

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Daniel Sancho en una fotografía en Instagram

 

En un veredicto que ha sacudido a muchos, Daniel Sancho ha sido condenado a cadena perpetua por la justicia tailandesa, tras ser declarado culpable del brutal asesinato premeditado de Edwin Arrieta. La sentencia, emitida por la Corte de Koh Samui, confirma que el hijo del reconocido actor Rodolfo Sancho es responsable de los tres atroces delitos por los que fue juzgado: asesinato premeditado, descuartizamiento y ocultación del cadáver, así como la destrucción de documentación de la víctima.

Aunque la defensa de Sancho ha anunciado que recurrirá la sentencia, el futuro del nieto de Sancho Gracia se torna sombrío, especialmente por las incertidumbres sobre en qué prisión cumplirá su condena de por vida. Actualmente, Sancho se encuentra en la cárcel de Koh Samui, un centro penitenciario relativamente tranquilo y menos sobrepoblado en comparación con otras prisiones del país. Sin embargo, se especula que su destino podría cambiar radicalmente.

El nombre que resuena con terror es el de Bang Kwang, conocida como una de las cárceles más peligrosas del mundo. Apodada irónicamente como "El Hilton" y "El Gran Tigre", este centro penitenciario, ubicado a escasos 7 kilómetros de Bangkok, alberga a más de 7,000 reclusos, aunque su capacidad oficial es para solo 3,000. Los presos allí, todos condenados por crímenes graves, se enfrentan a condiciones extremas y un hacinamiento asfixiante, donde en celdas de apenas 4 metros cuadrados se amontonan hasta 10 personas.

Pero el hacinamiento es solo el principio de una larga lista de horrores. En Bang Kwang, las ratas y cucarachas son habitantes comunes, y los problemas de salud abundan debido a la falta de agua potable y la desnutrición. Los internos pasan hasta 17 horas al día sin alimento, y la asistencia médica es prácticamente inexistente, con solo un médico y dos enfermeros para todos los reclusos.

La violencia es una constante en esta cárcel infernal, donde las peleas entre prisioneros son rutinarias, aumentando aún más el riesgo y el miedo entre los internos. Para Daniel Sancho, un posible traslado a Bang Kwang no solo significaría enfrentarse a estas condiciones inhumanas, sino también a un entorno marcado por la hostilidad y la desesperanza, donde cada día será una lucha por sobrevivir.

Este es el aterrador panorama que podría esperarle a Sancho si es trasladado a Bang Kwang, un destino reservado para los extranjeros con condenas de más de 15 años en Tailandia. La historia de Daniel Sancho, lejos de terminar con la sentencia, parece que apenas comienza en uno de los lugares más oscuros y temidos del mundo penitenciario.

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