Descubren una fosa común con más de 300 cadáveres, incluidos 128 bebés
El macabro descubrimiento ha tenido lugar en Oldham (Reino Unido)
Descubrimiento macabro en Oldham (Reino Unido) después de que hayan encontrado más de 300 cuerpos en una fosa común en el cementerio de Royton. La escena fue revelada cuando una mujer local, buscando la tumba de sus hermanos gemelos fallecidos en 1962, se topó con un terreno de apenas 3,5x3,5m. donde yacían enterrados 303 restos humanos. Entre ellos, se identificaron 145 bebés nacidos muertos, 128 bebés y niños pequeños, y 29 adultos.
La mujer, todavía en estado de shock por el hallazgo, relató que sus padres nunca pudieron despedirse adecuadamente de sus hermanos, que murieron poco después de nacer y fueron rápidamente llevados por el hospital. "Nunca supieron realmente dónde estaban sus hijos, solo les dijeron que habían sido enterrados junto a una 'buena persona'", expresó con tristeza.
Este oscuro capítulo de la historia local ha desatado una ola de indignación y dolor. Las concejalas Maggie Hurley y Jade Hughes no ocultaron su indignación y calificaron la situación como una "injusticia absoluta" que niega a los padres el derecho fundamental de enterrar a sus bebés con dignidad. "Es una atrocidad que debe despertar nuestro sentido colectivo de justicia y empatía", afirmaron. Para ellas, esta práctica revela un abandono histórico de la sensibilidad y humanidad, especialmente en los casos de bebés nacidos muertos.
Antes de 1980, parece que era común en Oldham y otras áreas llevarse a los bebés nacidos muertos sin informar a las familias sobre el destino de los cuerpos. Este "entierro de pobres" no solo incluía a los bebés, sino también a los adultos que no tenían recursos económicos para un entierro digno. Los restos de estos adultos encontrados en la fosa común probablemente pertenecen a familias que no podían costearse un entierro apropiado.
Este descubrimiento también ha levantado sospechas sobre la existencia de otras fosas comunes en el cementerio de Royton. Los concejales locales han instado a las autoridades a realizar una investigación exhaustiva para asegurar que no haya más tumbas sin marcar y dar un cierre adecuado a las familias afectadas.
La comunidad local ahora exige respuestas y cambios. Aunque no se puede cambiar lo que ha sucedido, las concejalas Hurley y Hughes abogan por que los bebés que murieron en estas trágicas circunstancias sean nombrados, reconocidos y nunca olvidados. La revelación de la fosa común en Oldham ha puesto de manifiesto una dolorosa realidad que muchas familias desconocían y ha abierto una herida que solo se cerrará con verdad, justicia y memoria.
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